Desde hace varios años se sabe que se ha reducido muy considera

No era de extrañarse, muchos jóvenes se están cansando de que se les exija creer en algo que no pueden ver. Pues, literalmente, se les intenta adoctrina para pensar y creer en lo que se les dicte, sin derecho a cuestionarlo.

Algunos decían “eso es la verdadera fe, creer en lo que no se ve”, pero en realidad eso es sumisión mental, un estado de supresión autoinducido, y si a eso le agregamos que los “representantes de dios” aquí en la tierra son cada vez menos confiables, o dignos de ser seguidos, pues era sencillo deducir que esto pasaría en cualquier momento.

Hablan de amor y paz con la boca, pero con sus actos atacan y siembran odio contra todo aquello que no está bajo su control. ¿Eso es la obra de su dios?  Un ejemplo muy sencillo de esto fue cuando en Monterrey, en el año de 2019, un grupos de “fieles religiosos” (grupos de odio) se lanzaron a las calles para atacar la legalización del matrimonio igualitario, incluso exigiendo un juicio político contra la titular de la Comisión estatal de Derechos Humanos por respaldar esta propuesta. Pero a final de cuentas todo sus actos de odio se les revirtieron, pues se legalizó el matrimonio igualitario en Nuevo León.

Igualmente cuando recientemente se despenalizó el aborto por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, varios grupos de odio se abocaron a realizar campañas de desprestigio contra todo aquel que apoyó esta iniciativa que, a todas luces, defendió los derechos y libertades de la mujer sobre su propio cuerpo.

Es muy lamentable ver como existen grupos de supuestos “cristianos” o “católicos” que se dedican a promover las ideologías de odio, que atacan al laicismo y a todo lo que no puedan controlar con sus creencias, como a la comunidad LGBT.

Y precisamente gracias a esos actos de odio, la comunidad de los no religiosos (ateos, agnósticos y apateístas) tienen más miembros. Según algunas estimaciones, a nivel mundial la comunidad de no religiosos forma parte del 17% de la humanidad global, pero si realmente hubiera libertad de culto, especialmente en países de políticas radicales y extremas. ese número se elevaría casi al 50% de toda la humanidad.

Todos están en su derecho de creer o no creer, de hecho de eso se trata la libertad de culto, cada quien es libre de creer o no en mitologías, y todos deben de recibir el respeto que merecen según sus actos. Algunos dicen apoyar la libertad de culto, pero en realidad solo les interesa la libertad para sus ideas y buscan eliminar todas las demás ideas que no convengan a sus creencias. Eso es la hipocresía espiritual, lo que en Nuevo León se le llama ser un “mocho”, son «sepulcros blanqueados» o fariseos modernos, que solo siembran odio y rencor basándose en sus creencias, pero sólo quieren cosechar flores.

Si los representantes de un «dios» en el mundo no valen la pena como personas, al grado de no ser dignos de ser llamados humanos, ¿por qué uno debería de creer en «la palabra de su dios”? En realidad no existe ni una sola razón lógica o racional para seguir a un supuesto dios que tiene como representantes a timadores que constantemente atropellan los derechos, libertades y dignidad de otras personas. Recordemos todos los casos de abusos cometidos en la secta de los Testigos de Jehová y los de la Iglesia de la Luz del Mundo.

Hoy podemos ver como las religiones se derrumban poco a poco gracias a sus corrompidos representantes, falsos pastores que venden esperanza a cambio de “favores especiales” o dinero. Todos hemos sido testigos como la oración no funciona para nada para controlar volcanes (España) o para detener una pandemia mundial.

Las fronteras fueron hechas para separar y dividir a las personas, y no hay peor frontera que las fronteras mentales como la religión, o el nacionalismo, son cadenas mentales tan pesadas que han causado la muerte de muchos inocentes, desde hace siglos hasta nuestros días.  Es momento de estar unidos en paz y armonía.

Son pocos los que se han percatado de ese terrible error, y por eso han creado movimientos de diálogo y ecumenismo, pero no ha sido suficiente pues pareciera que el demonio de la soberbia sigue viviendo en los corazones de todos los fanáticos que creen que solo su religión o fe, es la correcta.

Hay más mentiras y errores en una Biblia y en el Corán que en un libro de biología, pero al libro de biología lo pueden corregir y mejorar, pero a una Biblia o un Corán nunca la corrigen, solo la manipulan más. Por eso hay que saberlos interpretar con un pensamiento humanista, no con fanatismo irracional.

Es como los que dicen que el matrimonio es algo «divino» y que forma parte de la naturaleza, cuando en realidad el matrimonio es un contrato social creado por los humanos para compartir deberes y responsabilidades, no es nada divino ni forma parte de la naturaleza.

En los animales silvestres no hay matrimonios, hay parejas por conveniencia, la ley del más fuerte y mejor adaptado se aplica en la selección natural de las parejas en la vida salvaje, incluso existen evidencias de homosexualismo en muchas especies de animales, algo que según algunos “religiosos” es antinatural, pero la evidencia señala lo contrario.

Recordemos que la familia proviene de la manada, no de la pareja, la manada puede tener múltiples elementos de distintos o iguales géneros, y solo para la reproducción requiere de la pareja macho y hembra, no para la supervivencia de la manada o la familia. Los datos duros verificables no mienten, los que creen en mitologías que se siguen tomando como dogmas, sí mienten.

Tienes de respetar a los que no crean en tus creencias, no debes tratar de imponerlas, pues eso es agresión, y obligarás a los demás a defenderse de ti, y según sean la forma en que tú los agredas, será la forma en que ellos se defiendan.

La «fe» nunca debe de estar por encima de los valores, derechos y dignidad humana. Eso no es bueno ni noble, todo lo contrario es maligno. Eso es un terrible error que se ha cometido en el pasado, y que algunos intentan volverlo a cometer.

Otro ejemplo de ello son todos los que atacan a la cultura de género, o ideología de género como ellos le llaman; su odio encarnizado contra la libertad y derechos de otros solo los equipara con viles tiranos del pasado.

Hay que poner un alto en seco a todo eso. Si quieres respeto para tus creencias comienza por respetar las ideas ajenas a ellas, gánate la confianza y respeto de los demás, pues solo así los demás confiarán en la versión de tu dios.


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