Alondra Maldonado Rodriguera es una chef de nuestra cocina nayarita. La he entrevistado en varias ocasiones, y veo en ella a una mujer muy positiva y a una gran guerrera. Ella no sólo se encargó de recopilar recetas del estado de Nayarit, también logró realizar un gran sueño: publicar un libro en pasta dura con las recetas más exquisitas. Este sueño no fue fácil de realizar, pues ella tenía que pagar la edición de su libro sin tener los medios económicos para costearla; sin embargo, Alondra no se inmutó. Empezó a vender el libro “de palabra”, y sus clientes confiaron tanto en su sueño, que se lo pagaban.

La cosecha

En el mercado editorial hay muchos libros, muy interesantes, de superación personal, pero si la lectora o el lector no práctica las enseñanzas, de nada le valieron gastar en la compra. Sin embargo, hay ciertas personas que nacen con esa chispa de entusiasmo que nunca se apaga, sea lloviendo o tronando. Una de esas personas es Alondra Maldonado, quien nunca perdió la fe y ya obtuvo su recompensa. Además, está recogiendo los frutos de las semillas que sembró, pues ha sido invitada a la India, China, Colombia, entre otros países

Tocando puertas

Para la creación de la obra culinaria “Sabores de Nayarit”, Maldonado se adentró en los veinte municipios, con un promedio de dos poblaciones por municipio. En total fueron 45 lugares y un promedio de 45 personas entrevistadas. El tema era cómo comen los platillos y cómo los hacen; literalmente se metía “hasta la cocina”. De acuerdo a Alondra Maldonado, el chile molido en molcajete es más sabroso que molido en licuadora, porque tiene mucho que ver la molienda, con el molcajete uno va remoliendo y presionando, hay una interacción de los ingredientes, uno con otro se van mezclando; en cambio, la licuadora sólo tritura y no alcanzan a mezclarse tanto, aunque sí queda más fino. Pero, finalmente, el sabor es más sabroso en el molcajete, pues se mezclan de una manera más profunda.

Llevando estos sabores a todo el mundo

Su libro ha sido traducido al inglés con el título de “Flavors of Nayarit”, y si persevera (como de seguro lo hará) no nos extrañaremos si lo vemos traducido al japonés, francés, o en todos los idiomas; porque Maldonado tiene energía para repartir “a diestra y siniestra”, y hasta le sobra.

Cabe destacar que Maldonado es una mujer que gusta de la literatura. Para muestra, un botón de su autoría:

“Ayer me volví un llanto incontenible, así de repente. Mi cuerpo, vasija que se ensancha y encoge como la luna, de oscura a brillante, sensible ante la metamorfosis constante que sucede dentro y las emociones que lo acompañan entre las cuales navegamos. Pensé en una amiga terapeuta y solo dijo: ‘Deja que drene, date permiso’. Así, como una presa desbordada, me di permiso de flotar en mis propias aguas, de escribir aquello que sentía. Serena y clara ya, que ligereza es permitirse ser vulnerable, ¿por qué seguirse conteniendo? Soy luna.”

En Alondra Maldonado Rodriguera, se cumple el axioma de Samuel Taylor Coleridge: “¿Y si durmieras? ¿Y si en sueños, soñaras? ¿Y si en el sueño, fueras al cielo y allí cogieras una extraña flor? ¿Y si al despertar, tuvieras esa flor en la mano?”

Alondra no despertó con una flor en la mano, pero sí con un libro. No nos extrañemos, pues, que cada año regale a nuestro paladar los sabores más exquisitos de cada estado de nuestro querido México.

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