Si de algo se está consciente en la industria de la música hoy en día es que volver al pasado siempre es una buena apuesta para tener a gusto a las audiencias.

De ello, anoche dieron cátedra Miguel Mateos, Elefante y Mikel Erentxun en la Arena Monterrey.

En una magistral muestra del rock en español que estos tres nombres y sus bandas ofrecieron en el coloso del Parque Fundidora, la asistencia salió complacida después de recibir una buena dosis de temas que los hizo remontar a la década de los 80s.

Foto: Miguel Canedo

De la mano del argentino Mateos, quien celebró en grande sus primeros 40 años de carrera, de los mexicanos de Elefante y del español Erentxun, los asistentes lograron pasar un buen rato de música que se extendió hasta la 1:12 de este viernes.

El primero de entregar su música fue el vocalista y músico de la extinta agrupación Duncan Dhu, Mikel Erentxun, quien calentó el ánimo del público, aunque tardó en conseguirlo, pues hasta que no ofreció “Esos ojos negros”, a dúo con la guitarrista y vocalista Marina Iniesta y la infaltable y siempre memorable “En algún lugar”, la audiencia se sintió ya entrada en la fiesta.

Antes, el músico y cantante ofreció melodías en compañía de su banda integrada por Rubén Caballero, Fernando Neira, Carlos Aranceli y Mikel Aspiros.

Elefante entró al término de Erentxun, marcando la diferencia con una mayor producción que integró más gráficos en la pantalla, pero sobre todo por la cercanía que imprimió con hombres y mujeres en edad madura, en su mayoría, que corearon algunos de los temas más sonados de la banda nacional.

“Durmiendo con la luna”, “Sabor a chocolate”, “Así es la vida”, en una versión extendida, y “Mentirosa” fueron algunos de los temas con los que sellaron una tibia noche de otoño y luna llena.

La impaciencia por escuchar a Mateos despertó entre algunos miembros del público los llamados a acelerar el paso de los técnicos para arreglar micrófonos y luminotecnia sobre el escenario.

“¡Ándale, que mañana trabajo!”, se escuchó entre el público, era el grito de un hombre que solo quería escuchar ya la lista de canciones preparada por el argentino.

Foto: Graciela Beccari

La esperada presencia del roquero sudamericano fue compensada con una senda muestra de éxitos que hizo la delicia de la concurrencia.

Más de una hora de actuación logró que en la Arena Monterrey se concentrara una verdadera celebración musical.

Desde que arrancó con los acordes de “Mi sombra en la pared”, Mateos no paró de bailar, de animar al público, de reír, incluso de ponerse reflexivo cuando interpretó “Lola”, dedicada a visibilizar el problema social del abuso de menores.

“Buenas noches Monterrey, esto va a terminar mal, boludos; queridos y queridas regiomontanas que suerte volver a vernos, saben que hubo una pandemia. Hace 40 años que pasó este sueño como integrante del grupo Zas y telonero de Queen, me di cuenta en el 2021 que cumpliría 40 años y aquí estoy, y los estoy cumpliendo aquí en Monterrey”, declaró Mateos, como una muestra de amor a los regios.

Invitó a Erentxun para interpretar “Si tuviéramos alas”, en la que hizo un mix con el éxito de “En algún lugar”.

Divertido, Mateos que hizo gala de sus bien llevados 68 años, cuando interpretó “Nunca es como la primera vez”.

También dio al público “No es tan fácil”, “Atado a un sentimiento”, “Obsesión” y cerró con “Cuando seas grande”, su gran éxito de los 80s, en la que invitó a Elefante para unirse al coro de quienes se quedaron hasta el final de una noche llena de alegría y nostalgia por la música del pasado.

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