Tristemente se ha anunciado que en próximas fechas se realizará la última función de lucha libre en la Arena Coliseo de Monterrey, lugar del cual surgieron muchas leyendas del pancracio.
No podemos olvidar que también fue lugar donde se realizaron grandes encuentros de boxeo e incluso de artes marciales mixtas, en donde luchadores profesionales aceptaron el reto de enfrentar a artemarcialistas, con resultados espectaculares.
Pero hace muchas décadas se dio un suceso que ya muy poca gente recuerda o sabe debido a lo antiguo del acontecimiento, que involucró a un gran maestro de las artes marciales japonesas. Esto es una leyenda que me contó un viejo luchador regiomontano llamado Thunder.
A mediados de los años 1950´s surgió un gran maestro del karate japonés, a pesar de ser de origen coreano, me refiero el sensei Masutatsu “Mas” Oyama, fundador del Kyokushinkai Karate, apodado por algunos como “La Montaña”, debido a su gran fuerza en combate, quien prácticamente se mantenía invicto después de numerosos encuentros con distintos artemarcialistas de varias partes del mundo.
“Mas” Oyama fue campeón nacional invicto de karate en Japón, y combatió contra otros artemarcialistas en otros países donde también resultó triunfador.
Pero un día comenzó a luchar contra toros, y eso fue un gran éxito para él, pues demostró la potencia de sus poderosos y certeros golpes. Era todo un espectáculo que generó numerosas exhibiciones a nivel internacional donde llegó a matar a varios ejemplares usando tan sólo sus manos.
En el año de 1957 vino a la ciudad de Monterrey, precisamente a luchar en contra un toro. Sin embargo, el sensei Oyama había escuchado de la gran fama y renombre de los luchadores mexicanos, por lo que quiso enfrentarse a un campeón de lucha libre mexicana.
Acudió personalmente a la Arena Coliseo de Monterrey a buscar al campeón del momento, no recuerdo el nombre del que era campeón nacional en ese momento, pero al no encontrar un retador digno de él, se enfureció tanto que lanzo un fuerte golpe de tajo a uno de los postes de acero del ring, dejándolo abollado con la marca de su poderosa mano en el tubo.
Posteriormente al llegar a la Monumental Monterrey, donde sería su encuentro con el toro, al saber de su fama, unos empresarios regiomontanos decidieron echarle un toro de lidia de verdad, un miura de gran tamaño.
Pero en ésta ocasión el toro, el cual no recuerdo su nombre, lo embistió dejándolo severamente herido, el «combate» terminó cuando el poderoso karateka logró romperle un cuerno al toro de un golpe. Después de eso se retiró de ese tipo de espectáculos y ya sólo se dedicó a la enseñanza.
Para algunos fue un excéntrico, para muchos otros un gran maestro del karate. Esto fue la leyenda de “La Montaña” Oyama y su reto en la Arena Coliseo de Monterrey.