En medida que pasa el tiempo, la manera de relacionarse con otra persona parecer ser “complicada”, el coqueteo en los bares o en la oficina ahora ya no es suficiente. Las redes sociales y las aplicaciones para celulares nos ofrecen una amplia gama de opciones para conocer prospectos, algunos conseguirán esa persona especial, y hasta lleguen a formalizar, pero otras veces no se corre con suerte, y las relaciones se tornan carentes de auto estima y amor propio por alguna de las partes.
Pero sin duda los peores a mi ver, son los confundidos que llegan con una actitud de “quiero hacer bien las cosas”, “vamos a conocernos”, y les funciona, hasta que llega al punto donde empiezan a abrir su confundido corazón, y justo cuando parece que lo que dicen y hacen es sincero, basta que se encienda una chispa de duda con un: “Me gustas, pero no te comprendo cariño, eres demasiado complicada, y no quiero eso” (o más bien, NO puedo con eso).
Pero en los terrenos de las relaciones casuales u ocasionales, funciona siempre tener la puerta entreabierta para que “él” o “la otra”, sepa que cuando quiera puede marcharse, y en lo que me respecta, muchísimas veces nos toparemos con personas que buscan lo básico. Una pequeña reflexión de cuarentena, para los que andan faltos de compañía.
Amores efímeros de la red, nunca se sabe cómo y cuándo terminarán, pueden durar o terminar en un instante.