El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comunicó a través de su cuenta de Twitter este lunes que Canadá y México podrían ser eximidos de la aplicación arancelaria a las importaciones de acero y aluminio si firman un nuevo acuerdo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y toman otras medidas.
En el marco de la séptima y difícil ronda de renegociaciones en donde han estado enfrascados por más de una semana los tres miembros del TLCAN —Estados Unidos, México y Canadá— se presenta una declaración a través de su cuenta personal de Trump en donde parece insinuar que si los países socios de Estados Unidos aceptan sus condiciones pueden quedar libres del gravamen arancelario, a pesar de que Trump en muchas ocasiones ha calificado este acuerdo como un «desastre» para los empleos en Estados Unidos.
«Tenemos enormes déficits comerciales con México y Canadá. El TLCAN, que está siendo renegociado ahora, ha sido un mal acuerdo para Estados Unidos. Masiva reubicación de compañías y empleos. Aranceles al acero y el aluminio sólo podrían evitarse si se firma un nuevo y justo TLCAN», escribió el mandatario estadounidense en Twitter.
«Además, Canadá debe tratar a nuevos agricultores mucho mejor. Es altamente restrictivo. México debe hacer mucho más para detener el ingreso de drogas a Estados Unidos. Ellos no han hecho lo que se necesita hacer. Millones de personas son adictas y están muriendo», añadió.
Trump declaró la semana pasada que aplicará medidas arancelarias globales de 25% a las importaciones de acero y 10% a las aluminio, lo que motivó airadas reacciones de los productores de ambos metales a nivel global, principalmente de los socios comerciales de Estados Unidos a quien acusaron de intentar desatar una guerra comercial.
Muchos analistas concuerda que de aplicarse las medidas muchos países, entre ellos Canadá, China y la Unión Europea podrían imponer medidas de represalia contra Estados Unidos, lo que motivaría que otros países realizaran acciones similares. A pesar de la reacción internacional, Trump aseguró el viernes 2 de marzo que “las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar”.
El presidente norteamericano tiene hasta el 11 de abril para tomar una decisión final sobre el acero y el 19 de abril en el caso del aluminio. Si bien las declaraciones han creado un ambiente dividido entre los políticos estadounidenses ya que Trump empezó a unificar en su contra a los republicanos de la Cámara de Representantes y del Senado.
El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, dijo a través de un portavoz que Trump debe pensar en las consecuencias no intencionadas de una eventual imposición de aranceles y considerar medidas alternativas. “(Los aranceles) son un aumento de impuestos que el pueblo estadunidense no necesita y no puede darse el lujo de tener”, coincidió el presidente del Comité de Finanzas del Senado, el republicano Orrin Hatch.
Esta declaración del presidente norteamericano se dio durante el proceso de renegociación del TLCAN, por lo que las negociaciones se tornaron más álgidas y difíciles. Cabe destacar que México es uno de los principales socios exportadores en ambos metales, y que de aplicarse el incremente a los aranceles de importación en Estados Unidos las industrias del acero y el aluminio se verían profundamente afectadas.