Águilas del América y Rayados del Monterrey no abrieron su marcador y repartieron unidades en un gris empate a cero goles.

El que pintaba para ser el encuentro de la jornada, terminó por ser todo lo contrario.

Con el chip de Concachampions totalmente suprimido del sistema neurológico, las águilas recibieron a los Rayados del Monterrey, dirigidos por un viejo conocido que se fue como un héroe en aquel Apertura 2014, su nombre Antonio Mohamed.

El encuentro despedía un olor atractivo, con dos clubes plagados de jugadores determinantes cuyo presente exponía en varios sus mejores caras dentro de su historial profesional.

El desarrollo del partido fue trabado. América era dueño de la pelota, pero al momento de querer trascender ofensivamente se topaba con la muralla regia que hacia bien su trabajo.

No había claridad y tampoco imaginación, las ideas de los locales se apagaban justamente en el sector de tres cuartos de cancha rival.

Por su parte, Monterrey sufría en tomar el esférico y cuando lo hacía se esfumaba rápidamente de sus pies, esto resultado de la imprecisión en cada uno de los toques ejecutados.

Desparpajo tabasqueño.

De los veintidós jugadores que iniciaron el cotejo, solo se percibía la presencia de uno e irónicamente era el de menor edad, se trataba de Diego Láinez, juvenil americanista que cada que tomaba el balón por aquel prado izquierdo intentaba hacer jugadas descaradas y llenas de creatividad.

Dato: Diego Láinez no arrancaba un partido como titular en liga desde el 4 de noviembre del 2017, en el empate entre América y Puebla de la jornada 16.

Al minuto 30’ Láinez ya era factor en el encuentro. En una de sus locuras, fue fuertemente  tocado por Jesús Molina, medio de contención rayado que aceptó su error y luego de constatar que el estado de salud de su colega era óptimo, accedió y salió del partido con una tarjeta roja en su estadística personal.

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Así se fueron los primeros 45 minutos. Sin jugadas que encendieran el ánimo de la afición, pero si con muchas faltas (17 en total) y contactos ajenos a la de gajos, cuatro de ellas para el volante mexicano Diego Láinez. Deuda enorme de ambos equipos para la segunda mitad.

Iniciada la parte complementaria, la esperanza de vislumbrar un mejor espectáculo renacía. Los ingredientes estaban puestos en la mesa, solo había que esperar a que la capacidad individual y colectiva despertara.

Miguel Herrera se dio cuenta que Diego era el único futbolista de su escuadra que intentaba algo distinto, por lo que decidió meter a otro hombre con características similares y con quien buscaba multiplicar esa peligrosidad, se trataba de Renato Ibarra, habitual titular americanista que debido a su participación en Concachampions no arrancó de inicio este partido.

La postura del Monterrey era clara, tener solidez defensiva y aprovechar cualquier situación a velocidad que se les presentara. Todo esto justificable debido a la condicionante que significaba  el tener un jugador menos.

Por su parte, las águilas al ver como el reloj se exprimía, intentaban de manera más insistente, pero sin esa contundencia y tampoco solvencia que los ha caracterizado durante el presente Clausura.

Con la expectativa de la afición cada vez menor, el accionar del partido se diluyó con ciertas jugadas peligrosas pero que solo quedaron ahí, pues el tiempo terminó por agotarse decretando así el empate entre capitalinos y regiomontanos.

Con esto, América llega a 26 puntos y se mantiene en tercer lugar, mientras que Monterrey ocupa el lugar número cinco con 25 unidades totales.

Dato: La última vez que azulcremas y albiazules empataron a cero dentro de temporada regular fue el 21 de julio del 2012 en la jornada número uno del Apertura de aquel año.

 

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