La Monarquía firmó una velada exitosa gracias a un autogol de Osmar Mares y un tanto de Diego Valdés, ambos en el primer tiempo. Herida para el cuadro jarocho y valioso empujón al Atlas (su hermano mayor) que desea poner más distancia con el último lugar en los cocientes. Uno duerme en los primeros sitios de la clasificación (Morelia), el otro (Veracruz) cuenta sus días en la Liga MX.
Al equipo de Guillermo Vázquez le gana la ansiedad, su agobiante posición en la tabla porcentual parece limitarlo de un buen futbol. Ayer estaba prohibido cometer errores (menos en el arranque), era su obligación desarrollar una contienda perfecta. Y sólo lo pudo hacer ocho minutos, en ese lapso se vio más hambriento que el rival, también apretó correctamente en zona defensiva.
La Monarquía se asomó a puerta a través de un cañón de Ray Sandoval, aunque la pelota del peruano cayó a las manos de Melitón Hernández. De inmediato respondió la visita; Adrián Luna se internó en el área enemiga, pero el esférico filtrado llegó a los guantes de Sebastián Sosa, quien recostó para ganar la partida. En otra escapara purépecha por el carril izquierdo, Rodolfo Vilchis mandó un servicio venenoso que trató de cortar el arquero veracruzano, al tiempo que chocó con Osmar Mares y el balón quedó en el área chica, ahí la empujó el defensa visitante cuando sintió la presión de Ray Sandoval. ¡Autogol del Veracruz! Todo se juntó en esa jugada, una mala salida de Hernández y la mala fortuna de Mares. Con muy poco se había adelantado el local.
Duro y tempranero golpe para los Tiburones. El cuadro jarocho buscó la igualada mediante latigazos tibios: los recorridos de Carlos Esquivel no trascendieron, tampoco las gambetas de Adrián Luna o la presencia del “Polaco” Menéndez. Los pupilos de Roberto Hernández se crecieron con el gol de ventaja, se mostraban más verticales. En otra acción a velocidad, “La Pulga” dejó atrás unos marcadores y encontró a Diego Valdés. El volante chileno se movió hacia el centro y justo en la media luna sorprendió a todos con un tiro raso, el esférico entró sin mucha fuerza, pero colocado e inalcanzable de Melitón. La pizarra se movió 2-0 para la causa del Morelia, que comenzó a ser dueño absoluto de las acciones.
Con un poco más de puntería, el encuentro pudo irse al descanso con otros goles. Diego Valdés y Raúl Ruidíaz perdonaron dentro del área veracruzana, pues sus fogonazos carecieron de dirección y se perdieron en las tribunas del estadio Morelos. En la agonía arrojó más emoción, Gerardo Rodríguez salvó en la raya el que hubiera sido el descuento del Veracruz. Así que el marcador señaló un 2-0 lapidario para el visitante en el medio tiempo en el Coloso del Quinceo.
Se habló fuerte en el vestuario del cuadro porteño. Memo Vázquez pidió máxima intensidad y su escuadra se volcó al frente en la reanudación. Era un matar o morir, al adelantar líneas dejó espacios que fueron aprovechados por Ruidíaz. Precisamente en una descolgada, el peruano eludió al portero y remató al arco; sin embargo, un defensor morado mandó a tiro de esquina. Contra la pared estaba la zaga jarocha, que volvió a ceder ante la presión de Aldo Rocha. El mediocampista del Morelia le pegó bombeado y Melitón ahora sí estuvo atento para rechazar por arriba de su meta.
Con más ímpetu que imaginación, el Veracruz replegó al Morelia. Tras una serie de rebotes, el “Keko” erró fuera del área chica con un disparo que pasó a un lado de la cabaña purépecha, de lo más peligroso de los escualos en el complemento. Insuficiente para abrir el candado de Roberto Hernández, con todo y que jugó el ocaso con inferioridad numérica por la expulsión de Emanuel Loeschbor. El resto fue de trámite, ya nada cambió en el estadio Morelos, 2-0 final.
El Tiburón de la actualidad muere con muy poco en el máximo circuito, es gris en su fútbol y tiene por delante 18 unidades para hacer una proeza en su afán de conservar la categoría, mientras que los pupilos de Roberto Hernández llegaron a 19 unidades y apuntan a la Liguilla.