La actriz y conductora mexicana Silvia Pinal, considerada la última gran diva del cine mexicano, falleció este jueves 28 de noviembre a los 93 años de edad en un hospital de la Ciudad de México. Así lo confirmaron familiares cercanos de la artista a medios nacionales, quienes dieron detalles de su deceso alrededor de las 17:50 horas, rodeada de sus seres queridos.

La salud de Silvia Pinal se había visto gravemente afectada en los últimos días. La actriz había sido ingresada al hospital el 21 de noviembre tras ser diagnosticada con una infección en las vías urinarias, que complicó su estado general. A pesar de los esfuerzos médicos, su condición no mostró mejoría y, por el contrario, fue empeorando progresivamente, lo que llevó a su ingreso a terapia intensiva.

Desde su hospitalización, Pinal Hidalgo estuvo acompañada por su familia, quienes en todo momento estuvieron a su lado durante su lucha contra la enfermedad. Personalidades del ámbito artístico, que compartieron momentos inolvidables con la diva, también se acercaron a ofrecerle su apoyo en sus últimas horas.

El inicio de una carrera legendaria

Nacida el 12 de septiembre de 1931 en Guaymas, Sonora, Silvia Pinal Hidalgo comenzó su camino en la actuación a finales de la década de 1940. Aunque inicialmente su interés estaba en la música, la actuación se convirtió en su pasión tras estudiar en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). Su debut cinematográfico llegó con la película Bamba (1949), y desde ese momento, su carisma y talento deslumbraron a la audiencia y críticos por igual.

Silvia se consolidó rápidamente como una de las figuras clave del cine mexicano, participando en más de 80 películas a lo largo de su carrera. Fue dirigida por leyendas como Luis Buñuel, con quien trabajó en tres de sus películas más icónicas: Viridiana (1961), El ángel exterminador (1962) y Simón del desierto (1965). Estas producciones no solo marcaron hitos en su carrera, sino que también la llevaron al reconocimiento internacional, particularmente en Europa, donde fue galardonada en el Festival de Cine de Cannes.

Diversificación en televisión y teatro

Pinal no se limitó al cine. En las décadas de 1970 y 1980, expandió su carrera al teatro y la televisión, con el mismo éxito que había cosechado en la pantalla grande. Entre sus grandes logros teatrales se encuentra la puesta en escena de ¡Hello, Dolly!, donde demostró su capacidad para dominar el género del musical.

En televisión, su nombre se asoció con el icónico programa Mujer, casos de la vida real. Durante más de 20 años, este proyecto abordó historias reales de la sociedad mexicana, y su conducción le permitió conectar emocionalmente con el público, especialmente con las amas de casa, quienes la adoptaron como un símbolo de empatía y sabiduría.

Los grandes amores de Silvia Pinal

La vida personal de Silvia Pinal fue igualmente fascinante. Contrajo matrimonio en cuatro ocasiones, y cada una de estas relaciones marcó etapas significativas en su vida. Su primer esposo fue Rafael Banquells, con quien tuvo a su primera hija, Sylvia Pasquel. Después, se casó con el empresario Gustavo Alatriste, con quien procreó a Viridiana Alatriste. Sin embargo, esta relación terminó abruptamente.

Uno de sus matrimonios más mediáticos fue con el cantante Enrique Guzmán, con quien tuvo dos hijos: Alejandra Guzmán y Luis Enrique Guzmán. La relación, aunque fructífera en términos familiares, estuvo envuelta en escándalos debido a los conflictos entre ambos. Finalmente, su cuarto matrimonio fue con el político Tulio Hernández, marcando su incursión en el ámbito político como primera dama del estado de Tlaxcala.

El golpe más duro: la pérdida de Viridiana

El 25 de octubre de 1982 marcó uno de los episodios más trágicos en la vida de Silvia Pinal: la muerte de su hija Viridiana Alatriste en un accidente automovilístico. Viridiana, quien había seguido los pasos de su madre en la actuación, tenía un futuro prometedor, pero su vida se truncó a los 19 años. Este golpe emocional fue devastador para Silvia, quien en entrevistas posteriores reconoció que nunca superó completamente la pérdida.

La matriarca de una dinastía artística

Silvia Pinal no solo construyó una carrera brillante, sino también una dinastía artística. Sus hijos y nietos han continuado con su legado en la música y la actuación. Alejandra Guzmán, una de las cantantes más reconocidas de México, ha hablado abiertamente de la influencia de su madre en su carrera, mientras que Sylvia Pasquel se ha destacado como actriz tanto en teatro como en televisión. Stephanie Salas y su hija, Michelle Salas, también han dejado huella en la industria del entretenimiento y la moda, respectivamente.

Problemas de salud y el ocaso de una diva

En la última década, la salud de Silvia Pinal ha sido motivo de preocupación constante. En 2022, enfrentó una infección respiratoria que la mantuvo hospitalizada, y desde entonces, ha sufrido recaídas debido a complicaciones cardíacas y debilidad general. Aunque en los últimos años permaneció mayormente alejada de la vida pública, sus apariciones esporádicas, como la recepción de homenajes y reconocimientos, demostraban que seguía siendo una figura profundamente querida.

Actualmente, la actriz se encuentra rodeada de su familia, quienes han solicitado respeto y privacidad en este momento crítico. Su hija Alejandra Guzmán y su nieta Stephanie Salas han sido especialmente vocales sobre la importancia de acompañar a Silvia en estos momentos.

El legado inmortal de Silvia Pinal

Silvia Pinal deja un legado invaluable para la cultura mexicana. Más allá de los premios y reconocimientos, su impacto radica en haber sido una pionera que rompió barreras y estableció estándares de calidad en el cine, el teatro y la televisión. Su trabajo con Luis Buñuel la posiciona como un referente del cine de arte, mientras que su versatilidad en otros géneros la convierte en una actriz completa.

En palabras de su hija Sylvia Pasquel, “mi madre fue una mujer inquebrantable, con una fuerza que solo una verdadera diva podía tener. Su legado vivirá en cada proyecto que realizó y en cada corazón que tocó”.

La diva eterna de México quizá esté a punto de despedirse físicamente, pero su esencia permanecerá viva en las historias que protagonizó, en los escenarios que pisó y en los corazones de millones que la vieron brillar.