Anoche, a partir de las 9 en punto, el “gigante de acero” se convirtió en el escenario de una explosión de energía y pasión, marcando el primer concierto de Shakira en Monterrey ante 49,000 almas expectantes. Desde varias horas antes, los fanáticos aguardaron con fervor, y aunque el ambiente dentro del estadio se mostraba tranquilo en los instantes previos, la llegada de la colombiana transformó la calma en una marea de gritos y emociones incontrolables.

En el instante en que Shakira emergió entre destellos de luces y una producción de nivel mundial, el estadio vibró con el estruendo de su séquito de bailarines, músicos y coristas. La escenografía fue un espectáculo en sí misma: tres pantallas macro gigantes se unieron para formar una sola, del tamaño del escenario, acompañadas de un show de luces y proyecciones que dejaron sin aliento a los presentes. Cada cambio de vestuario, marcado por el brillo, la sensualidad y movimientos sexys, se convirtió en un guiño al compromiso y la conexión que la artista mantiene con su público.

La mezcla perfecta de lo urbano y los clásicos se hizo presente en el setlist de la noche. Shakira abrió el show con temas como “La fuerte”, “Girl like me”, para luego deleitar a sus seguidores con éxitos como, “Inevitable”, “Ojos así”, “Antología”, “Pies descalzos”, “Cómo, dónde y cuándo” y “Estoy aquí”, entre otros. En cada tema, la “loba” demostró por qué su presencia en el escenario es sinónimo de poder y carisma, contagiendo su ímpetu a cada rincón del estadio.

Vestida con atuendos llenos de brillo y marcados por su característico estilo, Shakira no solo entregó una impecable ejecución vocal, sino también su sello inconfundible de movimientos y carisma. A lo largo del concierto, mantuvo una comunicación constante con el público, uno de los momentos más emotivos llegó cuando la artista se dirigió a su público regiomontano con un mensaje cargado de cariño y agradecimiento:

«Buenas noches Monterrey, por fin aquí en este país en México que tanto quiero, este país me abrió las puertas, me cogió, y en el que siempre me he sentido en casa, ustedes son mi segunda casa, definitivamente no hay mejor encuentro que el de la loba con su manada mexicana, Monterrey esta noche somos uno.»

La conexión fue palpable, y a pesar de que el concierto dio por terminado a las 11 de la noche, la energía del público fue tan intensa que Shakira regresó al escenario para interpretar “She wolf” y “Bzrp music sessions, vol. 53”, culminando así una velada apoteósica que quedará en la memoria de sus seguidores.

Con una presentación que combinó potencia vocal, presencia escénica y una producción impecable, Shakira reafirmó por qué sigue siendo una de las artistas latinas más influyentes en la industria musical, y reafirma que, donde quiera que ella esté, la manada siempre se hace presente para vivir juntos momentos de pura magia.