Guadalajara, Jalisco.- Con más de 300 miembros de la comunidad académica, científica, desarrolladores de tecnología, iniciativa privada y autoridades regulatorias, dio inicio la decimocuarta edición del Simposio Internacional de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (ISBGMO14), evento que se realiza en Guadalajara desde el 4 y hasta el 8 de junio.
Este evento, realizado cada dos años, es organizado por la Sociedad Internacional de Investigación en Bioseguridad (ISBR, por sus siglas en inglés) y está considerado como el más importante a nivel mundial en materia de análisis de riesgos, temas regulatorios e investigación de bioseguridad de organismos genéticamente modificados (OGM).
Bajo el tema “Evaluación de riesgos ambientales de organismos genéticamente modificados: pasado, presente y futuro”, se realizarán tres sesiones plenarias, 12 paralelas y la presentación de más de 75 carteles impresos y digitales que muestran casos de estudio, proyectos en diversas etapas de desarrollo y análisis de sistemas regulatorios de distintas partes del mundo, entre otros.
La doctora Sol Ortiz García, secretaria ejecutiva de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem), señaló en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt que desde hace varios años se buscaba ser sede de este evento, mismo que han albergado en otras ocasiones Sudáfrica, Alemania, Argentina y Nueva Zelanda, entre otros.
“México ha tenido desde hace muchos años un papel de liderazgo en toda Latinoamérica (…) desde el punto de vista del desarrollo en investigación”, comentó la investigadora.
El evento reúne investigadores de cerca de 50 países, así como de instituciones nacionales como el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav); la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); la Universidad Autónoma Chapingo (UACh); el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM); El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) y de la Universidad Politécnica de Guanajuato (Upgto), entre otras.
La comunicación, el principal reto
A decir de la doctora Sol Ortiz García, algunos de los retos que enfrentan actualmente los OGM son el desarrollo de nuevas técnicas que permitan garantizar la alimentación de la población y que promuevan la resistencia de los cultivos ante el cambio climático, así como la implementación de un sistema regulatorio responsable que no inhiba la innovación.
“El (mayor) reto que ahora representa un rechazo al uso de este tipo de biotecnología es la comunicación. Esa parte de comunicar lo que hacen los investigadores desarrolladores y reguladores, nos ha fallado”, dijo.
La funcionaria estimó que más de la mitad de la población mexicana considera peligrosos o inseguros los OGM, gran parte de ello debido a la manifestación de diversos grupos que derivan en trabajo amarillista.
“Hay una percepción de que los OGM no son seguros, que no es algo natural. Tenemos que encontrar maneras de comunicarnos”, señaló Ortiz García.
Tras inaugurar el evento, el doctor Inocencio Higuera Ciapara, director general del Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (Ciatej), comentó que México lleva la batuta en América Latina en cuanto a regulación, investigación y desarrollo de OGM.
“Creo que hemos avanzado bastante. Sin embargo, creo que tenemos que movernos más rápido y avanzar hacia el enfoque de evaluación de riesgos de manera integrada”, apuntó el investigador. “Esto va a ser un nuevo mundo: nuevos productos y nuevos riesgos que se deben evaluar de manera muy objetiva e integral”, continuó.
Coincidió con la doctora Ortiz García en que es esencial abrir canales de comunicación que resulten efectivos para informar a la sociedad respecto a los trabajos científicos encaminados a los OGM, a la par que afirmó es necesario el debate pero también la disposición de aceptar consensos.
Asimismo, adelantó que aunque actualmente no se está trabajando en proyectos relacionados con organismos transgénicos, sí se están conformando dos nuevas líneas de investigación al interior del Ciatej que en un futuro abordarán el tema: la biología sintética y la nutrigenómica.
Conacyt).
El Ciatej forma parte de la Red Nacional de Laboratorios de Detección, Identificación y Cuantificación de Organismos Genéticamente Modificados (RNLD-OGM), auspiciada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Transgénicos, la controversia
Desde los trabajos incipientes realizados hace 30 años, los organismos genéticamente modificados han causado una gran controversia y rechazo por un número considerable de personas.
El doctor Pedro Rocha Salavarrieta, coordinador del área de Biotecnología y Bioseguridad del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), compartió en entrevista que el principal problema para la aceptación social del uso de OGM es el escepticismo que impera en grupos de personas que han declarado la guerra al consenso científico, a pesar de los datos presentados, lo cual conlleva a consecuencias negativas y rechazo.
“No existe tecnología perfecta en ningún campo. Esta tecnología (de OGM) está ofreciendo posibilidades. Es una caja de herramientas, donde con el martillo puedes romper una tabla, pero lo mejor sería que usaras un serrucho. O que para poner un clavo utilizara un serrucho, aunque lo mejor sea un martillo. Lo que esto busca es generar opciones de herramientas que dependiendo del problema que se tenga pueda decidir cuál se ajusta mejor a su resolución”, dijo.
A pesar de que reconoció que México se ha caracterizado por ser uno de los países más avanzados en la materia en el ámbito de la investigación, afirmó que este liderazgo no corresponde con la utilización de la tecnología. Esto lo adjudica a “determinaciones que salieron del ámbito técnico y pasaron al político y al legal”.
En vista de ello, el investigador urgió a capacitar a legisladores y otras figuras que deban tomar decisiones relativas al uso de OGM, así como a dejar a los especialistas encargarse de la comunicación estratégica de este tema.
“Uno esperaría que mejorando la comunicación se pueda mejorar esa percepción errónea que se tiene de este tipo de tecnología y se empiecen a quitar esas barreras que hacen que aquí en México no se pueda desarrollar la tecnología”, concluyó.
Por Montserrat Muñoz