Gracias al Censo de Población y Vivienda 2020 del INEGI hoy podemos saber que el 8.1% de la población mexicana se declara sin religión, lo que equivale a 9,156,555 mexicanos con mentes libres de creencias. De hecho, cada día hay más personas libres de alguna creencia religiosa que la someta a seguir dogmas arcaicos que subyuguen sus libertades y derechos.

Pero a pesar de que nuestro país es multicultural, todavía hay grupos religiosos que quieren seguir imponiendo sus ideas por encima de las libertades y derechos humanos. Tan sólo hay que recordar que varios pastores evangélicos dijeron (¿amenazaron?) que sólo apoyarán a los políticos que sigan sus ideologías, especialmente su versión del “derecho a la vida”, que no es lo mismo que el auténtico derecho humano a la vida.

Esa manipulación y tergiversación de las libertades y derechos que siempre hacen, lo realizan también con la ciencia queriendo manipular lo que dice la biología sobre los procesos de reproducción y la gestación. Si no pueden demostrar que los entes mitológicos que veneran existen, ¿cómo quieren demostrar que sus tergiversaciones sobre la biología son reales?

La biología es una rama del conocimiento que es constatable y corroborable, todo lo contrario a lo que es la teología. De hecho, la teología en realidad sólo es estudio de la mitología de alguna cultura específica, generalmente la judeo-cristiana, aunque se puede aplicar a cualquier otra.

El mito de que la vida se genera en la fecundación es una de las falsedades más difundidas por esos grupos religioso-políticos, que para colmo también promueven las ideologías de odio contra las mujeres y la comunidad LGBT. La vida no se da en la fecundación, hay vida en el espermatozoide y en el ovulo, pero no es una vida humana. Tengan tantita decencia al hablar del tema, por favor.

En la antigüedad, los religiosos condenaban a muerte a las personas de mente libre e inquisitiva que no sucumbían ante sus creencias.

Si realmente aplicaran aquello de “no levantarás falso testimonio”, entonces muchos de ellos ya estarían condenados. Pero al parecer, ni ellos creen en sus preceptos cuando no les conviene. Y así siempre ha sido con esas gentes, como se creen dueños de la verdad absoluta, y preferidos de su dios, creen que pueden manipular la verdad a su antojo y provecho. Hasta que se topan con alguien que sí sabe mucho más del tema que ellos.

Sí, el esperma y el ovulo tienen vida, pero no es una vida humana, la vida es sólo el fenómeno resultante que se da en un organismo que puede mantenerse funcionando de manera independiente por sus propios medios. Sí, eso es la vida. Por eso, un cigoto, un embrión, o un feto, no son seres humanos, ni siquiera son individuos. Les guste o no, la cruda realidad es esa.

Que muchos buscan personalizar a los fetos en gestación, sí, es muy común y normal que se haga eso. Sí en la antigüedad se personalizó a los fenómenos naturales para crear dioses que en la vida real no existen, ¿qué se puede esperar de un cuerpo en gestación? Pero ni así son una persona real.

En la antigüedad, los religiosos condenaban a muerte a las personas de mente libre e inquisitiva que no sucumbían ante sus creencias, porque les “rompen el teatro” de la religión y la veneración a entes mitológicos que… no existen.

Ningún político, ni religioso, tiene derecho a impedir que una mujer haga lo que desee con lo que se desarrolla en su cuerpo, así como nadie les prohibió a ellos el masturbarse y expulsar “algo” que no deseaban mantener en su cuerpo. Sí, el esperma también contiene vida.

¡Que tengas un bello y desmitificante día!

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