El escritor peruano y premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, falleció este domingo en Lima a los 89 años, según confirmó su familia. Su partida deja un vacío profundo en la literatura hispanoamericana y en el pensamiento contemporáneo.
Una vida dedicada a las letras
Mario Vargas Llosa nació en Arequipa, Perú, el 28 de marzo de 1936. Desde joven mostró una inquietud insaciable por la escritura, publicando su primera novela, La ciudad y los perros, en 1963. Esta obra, ambientada en un colegio militar, marcó el inicio de una carrera literaria brillante que lo consagraría como uno de los máximos exponentes del «boom» latinoamericano.
Con más de medio siglo de producción intelectual, Vargas Llosa escribió obras clave como Conversación en La Catedral, La guerra del fin del mundo y La fiesta del Chivo. Su estilo narrativo, crítico y penetrante, abordó con lucidez las tensiones del poder, la libertad individual y las contradicciones sociales de América Latina.
Premio Nobel y legado eterno
En 2010, Mario Vargas Llosa recibió el Premio Nobel de Literatura por su «cartografía de las estructuras de poder y sus mordaces imágenes de la resistencia». Este reconocimiento lo posicionó como una figura universal de la literatura, un autor leído y traducido en todo el mundo.
Su legado no se limita a las novelas. También incursionó con éxito en el ensayo, el teatro y el periodismo, convirtiéndose en un influyente analista político y defensor del liberalismo democrático. Fue un crítico constante de las dictaduras y los populismos, sin importar su ideología.
Una despedida sin homenajes públicos
La familia del escritor comunicó que Vargas Llosa murió en paz, acompañado de sus seres queridos. Fiel a su carácter reservado en la vida personal, pidió no realizar homenajes públicos ni funerales oficiales. Sus restos serán incinerados en una ceremonia íntima.