Maná dejó huella en Monterrey con la primera de sus dos presentaciones en la Arena Monterrey como parte de su gira “México, lindo y querido”. La banda tapatía, liderada por Fher Olvera, hizo vibrar a un público que les regaló ovaciones y cánticos desde el primer acorde hasta el cierre.
En punto de las 21:40 horas, Fher Olvera, Alex González, Juan Calleros y Sergio Vallín arrancaron el concierto con “Dame una señal”, desatando la locura de los presentes. Le siguió “De pies a cabeza”, mientras los fans no dejaban de corear cada palabra.
La intensidad subió con los primeros acordes de “Corazón espinado”, tema que originalmente grabaron junto a Carlos Santana. El público se puso de pie, bailando y cantando al ritmo de esta emblemática canción. Momentos después, el espectáculo alcanzó un punto reflexivo cuando Fher, fiel a su estilo, se dirigió al público:
«Hay que cuidar los bosques, los parques. Monterrey tiene lugares increíbles donde empieza la montaña. He notado más árboles que antes, ¡y eso me llena de alegría! Esto es para las futuras generaciones», comentó antes de interpretar “¿Dónde jugarán los niños?”. La canción estuvo acompañada de una impresionante figura de elefante a tamaño real en el escenario, que robó el aliento de los asistentes.
Con una producción sencilla pero impactante que incluyó pantallas LED gigantes, efectos de fuego y luces, Maná ofreció una velada cargada de emociones. La nostalgia se apoderó del recinto con “Vivir sin aire” y “Se me olvidó otra vez”, temas en los que Sergio Vallín brilló con su guitarra, mientras el escenario se llenaba de humo.
Alex González demostró por qué es considerado uno de los mejores bateristas con un solo espectacular que marcó un interludio memorable. Luego, la banda se trasladó a un escenario más pequeño al otro extremo de la Arena para interpretar joyas como “Te lloré un río”, “El reloj cucú” y “Bendita tu luz”.
La sorpresa de la noche llegó cuando Fher invitó a una fan y a su madre a subir al escenario para acompañarlo en “Huele a tristeza”, creando un momento íntimo y emotivo que conmovió a todos los asistentes.
Después de dos horas de espectáculo, Maná cerró la noche con un derroche de energía y sus clásicos “Clavado en un bar” y “Rayando el sol”, dejando al público regio extasiado y listo para la segunda y última fecha este domingo, que promete otro lleno total.