El Papa Francisco efectuó un llamado en Bangui a los distintos grupos armados para que dejen las armas, durante una ceremonia religiosa en la capital de la República Centroafricana.
«A todos aquellos que utilizan injustamente las armas en el mundo, les hago un llamado: dejen estos instrumentos de muerte», dijo en referencia a la ola de violencia por los enfrentamientos interreligiosos que sufre el país desde 2013.
Además, recordó que donde reina la violencia, el odio, la injusticia y la persecución, «los cristianos están llamados a ser testigos de este Dios que es amor».
Incluso cuando se desatan las fuerzas del mal, los cristianos han de responder al llamado de frente, listos para aguantar en esta batalla en la que Dios tendrá la última palabra. Y será una palabra de amor», aseveró.
Aquí, como en otras partes, muchos hombres y mujeres tienen sed de respeto, de justicia, de equidad y no ven en el horizonte señales positivas», lamentó.
Por eso, hizo un llamamiento a «sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos comprometidos» en el país, a que «encarnen» el corazón de Dios en medio de sus conciudadanos.
En su primera misa después de su llegada el domingo al centro de África, Francisco dijo que los cristianos tienen como vocación primordial amar a su enemigo.
Hecho que, según aseguró, los protege contra la tentación de la venganza y en contra de la espiral de venganza sin fin.
Bangui está inundada de armas como resultado de más de dos años de violencia sectaria entre milicias cristianas y musulmanas, lo cual ha obligado a más de un millón de personas a abandonar sus hogares.
Se espera que la visita del Papa permita rebajar la tensión entre musulmanes y cristianos a fin de lograr las condiciones de seguridad necesarias para celebrar las elecciones presidenciales previstas para el próximo 27 de diciembre.