Las marchas y huelgas, en contra de la reforma laboral, siguen vigentes por todo Francia
Este jueves las marchas en contra de la reforma laboral se propagaron por toda Francia. Las cifras oficiales anuncian que más de 150,000 franceses marcharon por todo el país. En al menos media docena de ciudades las marchas tomaron un papel más violento ya que hubo choques violentos entre manifestantes y policías y destrucción de mobiliario. Hasta el momento se habla de 72 detenidos en diferentes ciudades.
En Burdeos decenas de jóvenes tuvieron enfrentamientos con la policía, donde se aventaron piedras y objetos contra las estaciones policiales y las patrullas. En Lyon los manifestantes aventaron botes de pintura a los policías anti-motines. En Nantes, también se aventó pintura pero a las sedes de los principales medios de comunicación.
La policía ha contestado con gases lacrimógenos. El primer ministro, Manuel Valls, ha comentado que la reforma laboral no será cambiada de forma fundamental y que las autoridades harán todo lo posible por menguar las marchas ya que; “No se puede bloquear Francia”.
Para Valls el descontento proviene de la CGT (Confederación General de Trabajo), el sindicato más grande de Francia. Aún así, el descontento es masivo y el 60% de los franceses están de acuerdo con las manifestaciones y las huelgas.
Al principio de la semana, los trabajadores de varias refinerías pararon la producción. Hoy el gobierno francés ha prohibido el abastecimiento de combustibles el galones o cubetas y ha puesto un límite al consumo de 20 litros. Las autoridades francesas han comenzado a utilizar las reservas de combustible que almacena el gobierno, las cuales alcanzarán para los próximos 3 meses; según las propias autoridades.
Este jueves los trabajadores de 19 plantas nucleares han decidido entrar a huelga, como parte de la presión política para el gobierno rechace la reforma laboral. Han acordado que no se interrumpirá el suministro eléctrico en los primeros momentos, pero si la huelga se mantiene el suministro eventualmente se interrumpirá. Esta presión política no es ninguna nimiedad, ya que las 19 plantas proveen el 75% del suministro eléctrico del país.
A 15 días del inicio de la Eurocopa de Fútbol en Francia, parece que el clima político no es lo más favorable. La CGT no parece dar muestras de dar pasos atrás en cuanto a la presión política que está ejerciendo. Las protestas cada vez son más violentas y los grupos de manifestantes han demostrado estar dispuestos al choque violento. Por último el primer ministro ha tomado una postura de intransigencia, ha mandado a escuadrones anti motines a muchas marchas y no parece estar con la disposición de negociar. La postura tanto de Manuel Valls como de la CGT es radical; ni Manuel Valls quiere dialogar la modificación o el rechazo de la reforma, ni la CGT está dispuesta a permitir que la reforma se apruebe.
Durante el Mundial de Fútbol de Brasil el descontento social estaba a tope. Sin embargo, el gobierno y los medios de comunicación tuvieron la fuerza suficiente para poder distraer la atención del fenómeno político y concentrarlo en el deporte.
¿Serán capaces las autoridades francesas de lograr los mismo durante la Eurocopa, cuando el descontento social tiene como protagonista a sectores de trabajadores tan grandes? ¿O, en cambio, tendrá el presidente Hollande la habilidad para resolver este conflicto; ya sea con la ley aprobada o rechazada; antes del evento deportivo? Estas son 2 grandes dudas que surgen antes de que Francia se convierta en el epicentro mediático durante el mes de junio.