Nueva Zelanda sorprende al mundo cumpliendo 100 días sin contagios de coronavirus, esto gracias al excelente manejo de la crisis, en manos de su primer ministro Jacinda Ardern. La mandataria cerró fronteras como medida estricta y preventiva para que el Covid-19 no entrase a su país, emitió una orden de confinamiento para la nación, y ordenó mantener una distancia exhaustiva para detener la transmisión comunitaria. No obstante, el gobierno invita a la población a no bajar la guardia ni a relajar las medidas sanitarias.
Jacinda Ardern no solo dirige a una nación frente a la contingencia sanitaria mundial, sino que, además, acaba de lanzar su campaña de reelección tras el éxito de su gestión en los atentados de Christchurch, la erupción volcánica de la Isla Blanca. Apoyada por una enorme popularidad, bautizada como “Jacindomania”, la mandataria de Nueva Zelanda acumula 60 puntos porcentuales en las últimas encuestas realizadas, resultado de su efectivo manejo de las crisis antes mencionadas, que amenazaban con colapsar a este país de Oceanía.
En el marco del inicio de su campaña electoral, que arrancó recientemente en la ciudad de Auckland, la líder del partido laborista ha dicho: “Las empresas pequeñas y grandes son cruciales para la recuperación económica”, asimismo, prometió todo su apoyo para la contratación de, al menos, unos 40,000 desempleados, saldo que ha dejado el coronavirus.
Jacinda Ardern tiene cuarenta años recién cumplidos y un hijo que aún no cumple el año, al que ella misma cría, como lo ha demostrado en sus redes sociales. Al asumir el cargo de jefa de gobierno se proclamó como la más joven del mundo, con 37 años. Se describe a sí misma como progresista, socialdemócrata y feminista; además, está a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo.