Guadalajara, México.- Vivimos en un siglo de muchos avances tecnológicos y sin embargo, atravesamos por tiempos muy difíciles; la autoridad está por demás descompuesta y todos los mexicanos estamos involucrados en esta dolorosa experiencia. El comportamiento que muchos seres “humanos” están desarrollando tanto en el gobierno como en la sociedad en general, carece por completo de humanidad; la familia ya “no” es el vínculo de sentimientos humanos y civilizados.

Sin duda, estamos perdiendo en el área humanitaria, pérdida que debe obligar a la reflexión, principalmente a todas aquellas personas vinculadas a procesos educativos, como formadores del hombre.

Por otra parte, el tema central de este libro: Conductas Abusivas. Origen, consecuencias y prevención y para despertar al amor en uno mismo en la pareja y con el mundo que nos rodea. Su objetivo es la sana intención de contribuir, enriquecer las visiones, el pensamiento, intentar de conocer las causas de nuestra realidad y aportar a la calidad educativa. Nace de una inquietud personal de replantear el concepto de educación, de ¿cómo estamos educando actualmente?, recordemos de Platón, antiguo filósofo griego quien citó: “Con la buena educación, es el hombre una criatura mansa y divina, pero sin ella, es el más feroz de los animales.” La educación y las enseñanzas “mejoran” a los buenos y hace buenos a los malos-enfatiza la autora en su libro.

Los padres modernos son muy laxos

Irma Margarita, piensa que desde que existe la sociedad existe la autoridad, y la autoridad que es la potestad se le da alguien quien por alguna razón la ejerce, pero generalmente, esa potestad que se le otorga se va al extremo del abuso de autoridad y finalmente, por eso estamos viviendo en una sociedad en la que estamos viviendo en nuestro México, pues dondequiera hay abusos, desde una tienda de abarrotes hasta nuestros gobernantes, porque tal vez desde pequeños vivieron conductas abusivas en sus casas.

Por otra parte, cuando se forma un matrimonio se le da la patria potestad al varón, avalado por el Estado. Por supuesto, tienen que haber autoridad en una casa, pero generalmente se convierte en una conducta abusiva o en un exceso de autoridad. Por lo tanto, el varón considera que es el único que se le puede dar permisos, que puede decidir las cosas y generalmente caen en el abuso de la autoridad.

Entonces, empiezan los problemas muy serios. Asimismo, la autora ha observado en los matrimonios jóvenes, es que como padres, por comodidad, o porque así conviene a sus intereses, o porque trabajan todo el día se han vuelto muy laxos y sueltan la autoridad y la toma el niño.

Enseñar a modelar la responsabilidad

He observado que niños de 3 a 5 años son los que mandan, pues les exigen a sus padres que les compren lo que ellos quieren, por citar un ejemplo, y si no se les cumple lo que ellos les están pidiendo, hacen berrinche, se tiran al suelo y, en ocasiones, hasta golpean al papá. Por lo tanto, todas las conductas buenas o no, se aprenden en el grupo familiar. Por tal razón, hay que tener mucho cuidado como padres: como hablas, como te vistes, qué dices, cómo lo dices, porque es lo que va a aprender el pequeño.

Hay ejemplos muy trillados, pero muy simbólicos, por ejemplo, suena el teléfono y el papá le dice al niño: “si preguntan por mí, diles que no estoy”; al día siguiente, por decir algo, el niño dice una mentira y le ponen una tunda. Entonces, hay una incongruencia brutal. Ahí empieza todo, porque ese niño va a crecer con malos hábitos, va a salir a la sociedad donde se va a enfrentar a una cultura en donde ni siquiera va a poderse relacionar de manera sana, no va a ser aceptado en el gremio, porque va a ser un hombre abusivo porque así fue educado.

“Cuando se pierde la noción del deber, el marco que sostiene los valores se debilita, que es lo que nos hace realmente elevarnos como seres humanos; los valores no hay que enseñarlos teóricamente, sino modelarlos como padres de familia en su comportamiento, y no hay necesidad de hablar mucho. Yo tengo que ser responsable y actuar con responsabilidad para que mi hijo se dé cuenta que estoy modelando la responsabilidad”, destacó Irma Margarita.

Educación, pero no de pupitre

Si se cobra consciencia de cómo funciona la educación con un familiar y uno nota que hay ciertas deficiencias, en mi manera de ser como padre o madre, hay que corregirlas porque va a repercutir e impactar de una forma muy importante en los hijos, que al final del día van a salir a la calle y el comportamiento va a ser de esa manera y quizá caigan en lo que no deben de caer.

La solución es la educación adecuada, de lo contrario hay una gran secuela que nos antecede de conductas abusivas, pero si ya tomamos consciencia podemos hacer el cambio, pero el cambio no lo puede hacer una sola persona, ni siquiera siendo presidente de la República como AMLO, si no tiene un buen equipo con buenos valores: no corrupción, no injusticia, equidad de género y todo eso, no va a cambiar nada.

La sociedad también tiene que intervenir para construir una verdadera democracia, pues siempre como sociedad nos quejamos, pero no actuamos. El libro habla de que la solución es la educación, pero no de pupitre, no de escuela; ahí los alfabetizan, les enseñan los números, historia, etcétera, pero en todo caso, refuerzan los valores que traen de casa, si es que los traen. Un maestro o una maestra no tiene tiempo en el programa que le da la SEP, de inculcar valores y de explicarlos; las y los maestros tienen un programa que cumplir; enseñárselos con hechos es tarea de los padres de familia. En ocasiones, no es por mala intención sino por falta de conocimiento, de cómo impacta la conducta de los padres.

Enamora…  miento

La escritora considera que, el enamoramiento es una atapa muy sabrosa porque hay una química cerebral diferente; algunos científicos consideran que el enamoramiento es un estado alterado de la conciencia. En efecto, el enamoramiento sí cambia la química cerebral, además nos ponemos máscaras, es decir, si soy una persona con carácter fuerte no voy a mostrarlo.

La misma palabra se define: enamora… miento, y por consiguiente decidimos casarnos en esa etapa, pero esa etapa tiene fecha de caducidad y es cuando sale el verdadero yo, o la verdadera persona. Por consiguiente, ahí vienen los problemas: “mi esposo no es el novio tan cariñoso que yo tenía,” “no tiene las mismas atenciones conmigo.” Por lo tanto, hay que ser más genuinos, más auténticos; hay que conocernos, hay que introspectar, hay que reflexionar y tratar de ser mejor personas y ser genuinos. Si tenemos algún problema con algún tipo de rasgo de nuestra personalidad o de nuestro carácter.

A la hora que tratamos de dar ese clavado dentro de nosotros mismos, sin juzgarnos sin culpa, empezar a trabajar en ese tema en el que descubrí que soy muy egoísta o muy autoritario o que tengo la “mecha” muy corta, pues me enojo muy fácilmente, empezar a trabajar en eso. Hay mil formas de trabajarlo solo o con coaching, psicólogos.

Nadie puede forzar la voluntad de otra persona

Cuando la persona siente que se va a empezar a violentar o a tratar de cometer una actitud inadecuada, hay que hacer la respiración cuatro por cuatro: inhalar en cuatro tiempos y contarlos mentalmente; retener el aire en cuatro tiempos y exhalar en cuatro tiempos por la boca. Como está ocupada la mente en el contar y respirar; al inhalar y extender el estómago.

Así respiran los bebés, pero a nosotros se nos ha olvidado respirar adecuadamente, porque al respirar hay que tratar de sacar del estómago y al exhalar hay que sumirlo como si se quisiera pegar al ombligo. Entra mucha circulación sanguínea al cerebro y entra la calma y se pone todo en su lugar. Eso ayuda mucho, pero hay varias alternativas como la terapia Gestalt, en el ramo de la psicología hay muchos “coach” que se dedican a apoyar a la gente que quiere evolucionar, porque no somos perfectos como seres humanos, pero somos perfectibles, pero hay que trabajarlo y trabajarlo duro, y si no hay voluntad, se queda uno atorado; la voluntad es la fuerza que mueve todo y nadie puede forzar la voluntad de otra persona, tiene que nacer desde lo más profundo del corazón. La voluntad es una fuerza brutal que si funciona para bien puede hacer maravillas.

No podemos dar lo que no tenemos

Irma Margarita explica que primero está el malestar, luego, el enojo, en seguida, la ira. En la ira ya el cerebro no razona, es a veces cuando otro mata a alguien, ya sea su esposa, su hijo o a un amigo, porque el cerebro ya no está razonando; ya la ira es un estado mental anormal.

Por esta razón se recomienda la respiración cuatro por cuatro. También la escritora recomienda escribir lo que sentimos, algo así como una catarsis, es un aliviane bastante considerable. También, el hecho de tener una persona con quien hablar es bastante bueno, porque el sólo hecho de platicar lo que nos duele nos ayuda a vaciarnos de tantas cosas que vamos almacenando, porque lo que no dice la boca el cuerpo lo somatiza. Dicen que lo que no se habla, se sueña o se somatiza, es decir, se convierte en una enfermedad.

Para fin de estar en paz consigo mismo, hay que despertar el amor, primero con uno mismo, amarse, quererse y aceptarse como uno es. Conocerse para amarse, ya que nadie puede amar lo que no conoce. Yo no puedo amar algo que no conozco y si no me conozco, no me amo, no me respeto, no me cuido. Es un trabajo complejo, pero cuando hay voluntad, se puede. Y para poder amar a los otros, porque si uno no se ama, no podemos dar lo que no tenemos, y así, se va haciendo la cadenita en la familia o en las relaciones de pareja y empieza la felicidad a todo lo que da.

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