La carrera por los autos del futuro tiene varias competencias abiertas. Los históricos fabricantes de autos se han visto en un desafío por los vehículos autónomos -aquellos que prescindirán de la conducción humana- y por los eléctricos -los que cambian la fuente de combustible por una sustentable. Por los voladores, en cambio, incursionaron compañías innovadoras sin tradición. PAL-V, una firma holandesa, ya vuela: lanzó al mercado el primer vehículo homologado para circular por aire y por tierra.
Abrió a partir de esta semana la venta de sus dos primeros modelos comerciales. El Liberty Pioneer y el Liberty Sport cuestan 600 mil y 400 mil dólares, respectivamente. Celebró así ocho años de trabajo, desde las primeras pruebas de sus prototipos, para oficializar la salida al mercado del primer auto volador de la historia. Robert Dingemanse, consejero delegado de PAL-V, calificó la noticia: «Tras años de duro trabajo, superando los retos técnicos y de cualificación, nuestro equipo ha conseguido el éxito en la creación de un auto volador innovador, que cumple con los estándares de seguridad existentes determinados por los organismos normativos de todo el mundo».
Sus creadores presumen de haber concebido al único vehículo de este tipo homologado tras haber respetado los estrictos estándares europeos y estadounidenses de aviación y automoción. Se trata de un giro plano, una aeronave de dimensiones reducidas que vuela según los principios físicos del helicóptero, o de un triciclo basado en sistemas de propulsión dual basado en motores Rotax, capaces de soportar la circulación en tierra y en aire. Es un biplaza que se inspira en las facilidades de aterrizaje de los helicópteros, por razones de seguridad y operatividad. Pero en virtud del despegue, precisan una ruta libre de obstáculos de 180 metros. En las calles, gracias a una potencia de cien caballos de fuerza, acelera a 160 kilómetros por hora de velocidad máxima. En las curvas, su sistema de suspensión inclina la cabina para garantizar estabilidad de giro.