En un pequeño pueblo de Turquía, la familia Ulas ha desconcertado a científicos de todo el mundo al presentar un patrón de locomoción poco común: cinco de sus miembros adultos caminan en cuatro patas. Este fenómeno, documentado desde principios de los años 2000, ha generado debate en la comunidad científica sobre su origen y sus implicaciones en la evolución humana.
El caso de la familia Ulas es excepcional porque sus miembros afectados, en lugar de caminar erguidos, utilizan manos y pies para desplazarse. Investigadores han estudiado este comportamiento durante más de dos décadas, analizando si es resultado de una condición genética, un trastorno neurológico o una combinación de ambos factores.
Este fenómeno se documentó en un pueblo rural del sur de Turquía. Los primeros estudios fueron publicados en la década de 2000 y desde entonces han sido objeto de investigaciones científicas y documentales internacionales.
La familia Ulas está compuesta por 19 hijos, de los cuales cinco presentan la peculiaridad de caminar en cuatro patas. Nicholas Humphrey, psicólogo evolutivo de la London School of Economics, ha liderado varios estudios sobre el caso, buscando entender su origen y su impacto en la biología humana.
Los estudios sugieren que los hermanos afectados podrían padecer una forma de ataxia cerebelosa congénita no progresiva, la cual afecta el equilibrio y la coordinación. Investigaciones con escáneres cerebrales han revelado que estos individuos tienen una reducción en el tamaño del vermis cerebeloso, una parte del cerebro vinculada al control motor.
Sin embargo, el profesor Humphrey señala que esta condición, por sí sola, no explica completamente la locomoción cuadrúpeda. Algunos expertos argumentan que la falta de estímulos externos para desarrollar la marcha bípeda también ha influido en su desarrollo motor.
El caso de la familia Ulas ha sido comparado con los primeros ancestros humanos, lo que ha llevado a algunos investigadores a especular sobre un posible «retroceso evolutivo». No obstante, la mayoría de los científicos rechazan esta idea y destacan que se trata de un fenómeno aislado influenciado por factores genéticos y ambientales.
En un intento por mejorar su calidad de vida, los hermanos han participado en terapias físicas con la ayuda de andadores. Según Humphrey, algunos de ellos lograron mantenerse erguidos con apoyo, demostrando que la bipedestación es posible con la intervención adecuada.
El caso de la familia Ulas sigue siendo objeto de estudio y representa una oportunidad única para comprender la evolución de la locomoción humana. Aunque su condición plantea muchas preguntas, también demuestra la capacidad de adaptación y resiliencia del ser humano ante desafíos biológicos y ambientales.