Estados Unidos ha intensificado su lucha contra el narcotráfico al designar oficialmente a varios cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras. Esta decisión busca endurecer las acciones contra estos grupos y aumentar la presión diplomática sobre México.
El gobierno estadounidense, bajo la administración de Donald Trump, incluyó a ocho cárteles dentro de su lista de organizaciones terroristas. Esta medida permite al gobierno aplicar sanciones más severas, congelar activos y autorizar acciones de inteligencia y seguridad para combatirlos.
El anuncio ha generado preocupaciones en México, donde la presidenta Claudia Sheinbaum ha planteado reformas constitucionales para proteger la soberanía nacional y evitar cualquier injerencia extranjera.
Declaraciones del gobierno de EE.UU.
Mike Waltz, asesor de seguridad nacional de Trump, afirmó en la Conferencia de Acción Política Conservadora:
«Vamos a desatar un infierno sobre los cárteles. Ya basta. Estamos asegurando nuestra frontera y los cárteles están advertidos.»
Por su parte, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, declaró que todas las opciones, incluidas operaciones militares dentro de México, están sobre la mesa si estos grupos son considerados amenazas directas para los ciudadanos estadounidenses.
El gobierno de EE.UU. ha incrementado la vigilancia en la frontera con drones, reforzando la seguridad para frenar el tráfico de fentanilo. Canadá también ha seguido este camino, clasificando a varias organizaciones criminales como terroristas para intensificar su combate al crimen organizado.
Ante estas decisiones, la presidenta de México ha reiterado que su país no permitirá injerencias militares extranjeras y ha llamado a fortalecer la cooperación bilateral sin comprometer la soberanía nacional.
La designación de los cárteles mexicanos como terroristas marca un punto clave en la estrategia de seguridad de EE.UU. Sin embargo, también plantea desafíos diplomáticos con México, que busca equilibrar la lucha contra el narcotráfico sin perder autonomía en sus políticas internas.
Se espera que las próximas semanas sean clave en la relación bilateral, mientras ambos países negocian acuerdos en materia de seguridad y lucha contra el crimen organizado.