Cuando se inauguró el sistema de transporte Ecovía en enero de 2014, se convirtió en una novedad para los usuarios del transporte público en la zona metropolitana de Monterrey, en donde el tipo de trayecto es similar al sistema Metrobús de la Ciudad de México y que prometía trasladar al usuario a su destino en menos tiempo para volverse así, un transporte urbano sin retrasos ni tráfico vehicular; pero en vez de agradar a los usuarios, más bien pareció provocar desasosiego y en ocasiones, frustración por el deficiente servicio que ofrece este transporte público en el que se invirtieron 1,637 millones de pesos.
Los usuarios afirman que este sistema resultó contraproducente por el alto costo de la tarifa regular sin opción a tarifa preferente, la baja velocidad en que operan las unidades y la alta demanda que es incapaz de cubrir, dado que la mayoría de las veces, las unidades se encuentran saturadas y los pasajeros deben esperar por el siguiente o bien, intentar abordar la unidad a cómo dé lugar.
De acuerdo con encuestas realizadas, los usuarios también señalan la gran desventaja de no poder abordar o descender como lo hacen tradicionalmente en los autobuses urbanos convencionales, puesto que se tienen que dirigir a una estación ubicada lejos del punto de partida, con la frustración de ver a la unidad llegar y no poder alcanzarla; a la vez, su costo sobrepasa los 12 pesos cuya tarifa es superior a la del transporte urbano convencional.
Un usuario señaló que con el transporte público convencional, el tiempo de traslado es menor, ya que cuando normalmente realiza un tiempo estimado de 15 minutos, el sistema Ecovía lo realiza de 20 a 30 minutos, lo cual supone una pérdida de tiempo. Mientras que, otro usuario, asegura que el espacio de las unidades son insuficientes para albergar a un número que a veces excede la capacidad permitida y su espacio es reducido en comparación con las unidades de autobuses convencionales.