La Academia Mexicana de Medicina del Dormir (LAMMD) informó que alrededor de 40 millones de mexicanos sufren algún tipo de trastorno del sueño, siendo el más común el insomnio.
Este viernes 1 de marzo se celebrará el Día Mundial del Sueño, una fecha que la Asociación Mundial de Medicina del Sueño (WASM) instauró para destacar la relevancia del buen dormir y para tomar conciencia sobre los trastornos del sueño que sufre nuestra sociedad.
Nuestro ritmo de vida, rápido y dinámico en el mundo globalizado del siglo XXI, junto con una falta de relajación, la creciente ansiedad que nos producen muchos acontecimientos y malos hábitos en general, son parte de los factores que inciden en el sueño y, por ende, en nuestra calidad de vida afectando nuestra salud física y mental.
La Academia Mexicana de Medicina del Dormir (LAMMD) informó que alrededor de 40 millones de mexicanos sufren algún tipo de trastorno del sueño, aunque el más común es el insomnio.
En el Día Mundial del Sueño, Alejandro Jiménez Genchi, fundador de la LAMMD, dijo que: “el insomnio puede causar deterioro e implicaciones en los ámbitos social, laboral, escolar o físico de las personas que lo padecen, y que sólo 5.0 por ciento de los pacientes acuden al médico para recibir el tratamiento adecuado”.
Jiménez Genchi, señaló que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), 30 por ciento de los accidentes están relacionados con el cansancio o sueño durante el día, características que se dan por no dormir lo suficiente. Aunado a ello, la OMS indicó que hasta 18 por ciento de los accidentes carreteros y 36 por ciento de los percances aéreos están relacionados con la falta de descanso.
Edilberto Peña de León, director del Instituto de Neurociencias, Investigación y Desarrollo Emocional (INCIDE), mencionó que “la somnolencia durante el día repercute en la realización de nuestras actividades diarias”. “Es fundamental, ante cualquier síntoma, como dificultad para iniciar o mantener el sueño, acudir con un especialista para llevar acabo un diagnóstico oportuno”, sugirió.
Peña de León señaló que en nuestro país no existe una cultura ni los cuidanos necesarios con respecto a los trastornos del sueño, y cuando parecen los problemas para dormir regularmente se recurre a remedios caseros, “sin embargo, es un problema serio que requiere la evaluación de un especialista, pues un sueño reparador permite cumplir de mejor forma con las exigencias diarias”.
Ante este situación el director del INCIDE, recomendó dormir bien, acudir con el médico especialista en caso de padecer algún trastorno y buenos hábitos antes de acostarse, como llevar una buena alimentación o practicar actividad física de forma regular para mejorar la calidad de vida del paciente.
Juan Carlos Saumont, docente de la Facultad de Psicología de la Universidad del Pacífico, en Chile, explica que pasar una mala noche o bien simplemente desvelarse consecutivamente producto de un hábito, ya sea personal, social o laboral, significa interrumpir una actividad que no solo es necesaria en aspectos biológicos para la recuperación física, sino también en términos psicológicos. “Durante el sueño procesamos y simbolizamos temáticas y dinámicas psíquicas en las cuales estamos inmersos. Es un estado donde trabajamos a nivel psíquico y de manera inconsciente elementos fundamentales de nuestra existencia”, destaca el psicólogo.
Por ende nuestro organismo necesita de un buen descanso para poder no tan solo reponerse, sino funcionar adecuadamente, por lo que es de suma importancia vigilar los hábitos de sueño, ya que no tan solo nos impacta a nivel biológico, sino nos afecta psicológica y socialmente. Saumont recomienda acudir a un terapeuta especializado, para regularizar los ciclos de sueño. “La mayoría de las terapias suponen un proceso de introspección importante, lo cual implica acceder a conocer dimensiones de uno mismo que son inconscientes, que en ocasiones operan de manera automática y repetitiva, y que a veces nos angustian en la vida cotidiana y repercuten al momento de dormir”, afirma el especialista.
Si una persona que sufre alteraciones en sus ciclos de sueño acude regularmente a una terapia supone, con el tiempo, estar más al tanto de situaciones de las cuales no nos percatamos de maneras habitual o automática, las cuales muchas veces de manera inconsciente nos generan malestar, sufrimiento psíquico y nos impiden conciliar un sueño reparador. “Implica reconocer estos modos habituales de ser e ir accediendo a situarnos de otra manera en nuestra vida cotidiana”, indica Saumont.
Suamont comenta que también se puede hacer uso de tratamientos alternativos que permiten a quienes tienen trastornos de sueño regularizar sus ciclos, por lo que emplear esencias florales o realizar prácticas como la meditación son de gran utilidad para quien sufre algún problema de este tipo. “Las terapias con flores de Bach son de gran ayuda, ya que trabajan muy sutilmente estados de ansiedad, estrés e incluso flexibilizan ciertos rasgos de personalidad que nos impiden entrar a ese espacio inconsciente y de suspensión de lo cotidiano que implica el dormir»
El catedrático e investigador explica que «hay ciertos estilos de personalidad que tienen especial dificultad para quedarse dormidos, ya que se quedan pensando y planificando lo que tienen que realizar el otro día, teniendo constantemente la mente ocupada y anticipándose a lo que va a venir. Ese tipo de personalidades tiene grandes dificultades de entregarse a ese espacio de desconexión y de pérdida de control que implica el dormir. La meditación también aporta, ya que ayuda a relajarnos y a ampliar nuestro campo de conciencia habitual, centrado muchas veces en pensamientos negativos y problemas que tenemos en la vida cotidiana”, plantea.
Los trastornos del sueño se han incrementado en los últimos años debido a la masificación de dispositivos electrónicos de comunicación y los hábitos que estos aparatos han generado en la sociedad. Es necesario tener conciencia de esto para poder dormir mejor y sobre todo modificar nuestras rutinas, en especial antes de irse a dormir, por lo que hay que buscar una mayor desconexión de los factores o elementos que impiden tener un sueño regular. “Por ejemplo, es una mala costumbre quedarse conectado al celular o a la TV antes de dormir, ya que más que relajarnos, nos volvemos hiperalertas y la cantidad de estímulos que recibimos previo al dormir es demasiado alta”, advierte Suamont.
“La persona debe desconectarse de los problemas cotidianos. Apoyarse, también, no realizando grandes comidas en la noche que dificulten o hagan más pesada la digestión al momento de dormir. Y ayudarse por medio de caminata corta, leyendo un libro o dándose una ducha previa al momento de acostarse”, sugiere el psicólogo Suamont.
Por su parte la OMS y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), recomiendan utilizar alternativas terapéuticas contra el insomnio como los hipnóticos no benzodiacepínicos ya que respetan la arquitectura del sueño, lo que permite que el paciente tenga un descanso adecuado en cantidad y calidad.