Esta semana se estrena la película Deadpool 2, una vertiginosa experiencia que mezcla violencia, guiños a la cultura pop americana, sangre y mucho humor. Estelarizada por Ryan Reynolds, esta película mantiene la esencia del personaje y se perfila para ser una de las películas de comics mejor logradas del año.

Deadpool 2 inicia donde concluyó la primer película, sin embargo, los acontecimientos en la trama llevan a Wade Wilson (Ryan Reynolds) hacia una depresión que busca redimir salvando a un joven mutante en problemas, Firefist (Julian Dennison). Para esta misión Deadpool contará con la ayuda de un grupo bastante sui generis de mutantes y de los X-Men (los de relleno, no los buenos), entre todos ellos enfrentaran al soldado futurista, Cable (Josh Brolin), un villano que quiere acabar con Firefist por motivos muy personales.

La película se desenvuelve como un “ejercicio de estilo” que no respeta la estructura de las otras películas del Universo Marvel, en el “Universo Deadpool”, este interactúa con la cámara, se burla de sí mismo, parodia al género del comic y a todo Hollywood en general.

Lo que hace diferente a Deadpool 2 de su antecesora, es el cuidado que los guionistas y el director ponen a la historia.

Este filme ya no es todo “referencias graciosas, bromas consecutivas y violencia gratuita”, se intentó enmarcar todo este humor irreverente con una historia que resalta los valores familiares y una subtrama que deja ver la humanidad que Deadpool, misma que enmascara con su humor ácido, un desesperado mecanismo de defensa contra todo lo que le dañe.

Esto nos presenta una película más inteligente, equilibrada y emocional, podríamos decir que hasta profunda en algunas escenas. Todo esto, sin escatimar en peleas, explosiones, sangre y humor en cada cuadro del filme.

Deadpool 2 es excelente para todo tipo de público, sin embargo, tendrás una satisfacción adicional si estás empapado de conocimientos previos respecto al mundo de los comics, la cultura pop norteamericana (intentaron tropicalizar estas referencias en los subtítulos y fracasaron miserablemente) y, sobre todo, si gustas del humor irreverente y políticamente incorrecto.

Se recomienda poner especial atención a los cameos, quedarse hasta el final para ver las escenas postcreditos (posiblemente lo mejor de toda la película) y apreciar las excelentes actuaciones de Julian Dennison (Russell/Firefist) y Zazie Beetz (Domino).

La película es dirigida por David Leitch y escrita por Rhett Reese, Paul Wernick y Ryan Reynolds.

El origen de la franquicia Deadpool

Todo inicio con un cortometraje animado en donde Ryan Reynolds dio voz a Deadpool, dicho corto se envió a la 20th Century Fox con la intención de realizar una película del personaje. Sin embargo, los intentos fracasaron y la productora lo rechazó.

Cuando el cortometraje se filtró a internet, la campaña de fans exigiendo la realización del filme hizo pensarlo dos veces a Fox. Finalmente, en el 2015 la película fue autorizada y Ryan Reynolds fue elegido como protagonista.

Cabe recordar que Ryan Reynolds ya había personificado antes a Deadpool. Fue en la descafeinada película X-Men Origins: Wolverine, en donde Deadpool tiene una aparición secundaria como parte de los mutantes reclutados por el Equipo X, en esta película muere decapitado a manos de Wolverine.

Sin embargo, la estética, y la mística del personaje decapitado no tiene nada que ver con el Deadpool actual que consagró a Ryan Reynolds en el mundo cinematográfico Marvel.

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