Con Alien: Romulus, Fede Álvarez se embarca en la monumental tarea de revitalizar una de las franquicias más veneradas y desafiantes del cine de ciencia ficción y terror. Después de una serie de entregas inconsistentes y a menudo decepcionantes, la última película parece haber encontrado un nuevo rumbo, logrando captar el espíritu inquietante de las primeras entregas mientras introduce innovaciones frescas y audaces. Esta crítica explora los diversos aspectos de la película, desde la trama y la dirección hasta las actuaciones y la cinematografía.
Alien: Romulus se sitúa cronológicamente entre el clásico de Ridley Scott y la secuela de James Cameron, reviviendo la atmósfera retrofuturista que hizo famosas a las primeras entregas. La historia sigue a un grupo de jóvenes colonos que, cansados de su vida opresiva en una mina espacial, descubren una nave abandonada en órbita. Su plan de escapar a una vida mejor se ve truncado cuando encuentran la nave convertida en un escenario de horror por los xenomorfos.
El guion de Álvarez y su colaborador Rodo Sayagues presenta una narrativa que equilibra la acción y el suspense con elementos clásicos de terror. Aunque la premisa puede parecer familiar, la película logra mantener un ritmo trepidante y giros intrigantes, evitando los tropiezos argumentales que caracterizaron a entregas recientes de la saga. La tensión es palpable, y la trama se desenvuelve con suficiente lógica y coherencia, lo que es un respiro tras los deslices de Prometheus y Alien: Covenant.
Fede Álvarez, conocido por su capacidad para crear suspense y terror en sus trabajos anteriores, demuestra un control firme sobre Alien: Romulus. Su dirección es meticulosa, enfocándose en construir una atmósfera claustrofóbica y opresiva que recuerda a la original Alien. La combinación de efectos prácticos y CGI, junto con una iluminación tenue y una estética industrial desgastada, contribuye a un ambiente que es tanto familiar como refrescante. La cinematografía, a cargo de un equipo talentoso, logra capturar la esencia de las primeras películas mientras aporta una visión moderna. Las secuencias en gravedad cero y los momentos de tensión visual están ejecutados con gran maestría, ofreciendo una experiencia inmersiva y visualmente impactante.
El elenco de Alien: Romulus incluye a Archie Madekwe, Isabela Merced, Cailee Spaeny y David Jonsson. Aunque el grupo principal no logra alcanzar el carisma de los actores de las entregas originales, algunos personajes, como Rain (interpretada por Cailee Spaeny) y el sintético Andy (David Jonsson), destacan. Spaeny ofrece una interpretación convincente como la heroína terrenal y vulnerable, mientras que Jonsson aporta un toque de humor y humanidad al interpretar a un sintético defectuoso. Sin embargo, el resto del elenco no alcanza el impacto de los personajes memorables de la saga, y la falta de profundidad en los personajes secundarios puede restar algo de conexión emocional con el público.
La partitura musical, aunque no llega a la altura de las composiciones icónicas de Jerry Goldsmith, cumple su propósito creando una atmósfera adecuada para el suspense y el terror. La música se mezcla bien con los efectos sonoros para mantener la tensión, aunque no ofrece temas que queden grabados en la memoria.
El diseño de producción es uno de los puntos fuertes de la película. La recreación del ambiente retrofuturista, con su maquinaria desgastada y detalles industriales, refleja con precisión la estética de las primeras películas de la franquicia. La nave espacial y la estación espacial están diseñadas con un enfoque en la autenticidad y el realismo, lo que contribuye a la inmersión en el mundo creado por Álvarez.
Alien: Romulus se beneficia de una combinación efectiva de efectos prácticos y CGI. Los xenomorfos, una vez más, se presentan como criaturas aterradoras, con un enfoque en efectos prácticos que devuelve a la serie a sus raíces. La edición es ágil y eficiente, manteniendo un ritmo constante que impulsa la acción sin sacrificar el suspense.
Alien: Romulus representa un retorno satisfactorio a los elementos de horror y suspense que definieron a las primeras entregas de la saga. Aunque la película no introduce innovaciones revolucionarias, su capacidad para capturar la esencia de lo que hizo grande a Alien y Aliens es encomiable. Álvarez ha logrado revitalizar una franquicia que había perdido su rumbo, ofreciendo una experiencia visualmente impresionante y emocionalmente efectiva.
Sin embargo, la falta de carisma en algunos personajes y la dependencia de temas familiares pueden hacer que Alien: Romulus no sea completamente innovadora en términos de narrativa. A pesar de estos desafíos, la película cumple con su objetivo de ofrecer una experiencia de terror espacial efectiva y emocionante, marcando un resurgimiento prometedor para la saga.
En última instancia, Alien: Romulus es una película que hará las delicias de los fanáticos de la saga original y atraerá a nuevos espectadores con su combinación de suspense, acción y terror. Aunque no alcanza la grandeza de las películas pioneras, ofrece una sólida adición a la serie que sienta las bases para un futuro esperanzador en el universo Alien.