Contra Todos (Boy Kills World), dirigida por Moritz Mohr, es un viaje trepidante al mundo de la venganza y la violencia extrema. Esta ópera prima, protagonizada por Bill Skarsgård, nos sumerge en un torbellino de acción, sangre y humor negro que no deja indiferente a nadie.
La trama sigue a Boy, un joven huérfano y sordomudo, que es entrenado desde una edad temprana por un enigmático chamán para vengar la muerte de su familia a manos de la cruel dictadora Hilda Van Der Koy. La película se desarrolla en un ambiente distópico y post-apocalíptico, donde la violencia y la brutalidad son moneda corriente.
Lo más destacado de Contra Todos es, sin duda, su acción ultraviolenta y sus coreografías de combate impresionantes. Mohr logra crear escenas de lucha visualmente impactantes, que recuerdan a clásicos del género como Kill Bill y John Wick. La influencia del cine de artes marciales y los videojuegos es evidente, dando lugar a una estética única y llamativa.
Bill Skarsgård ofrece una actuación convincente como Boy, transformándose físicamente en un brutal guerrero capaz de enfrentar a sus enemigos sin piedad. Aunque el personaje carece de diálogo, Skarsgård logra transmitir sus emociones a través de expresiones faciales y corporales, añadiendo profundidad a un personaje aparentemente unidimensional.
El tono de la película oscila entre la brutalidad y el humor negro, creando una experiencia cinematográfica única y memorable. La narración, a cargo de H. Jon Benjamin, aporta un toque de ironía y sarcasmo que complementa perfectamente la acción desenfrenada de la película. Además, las referencias a videojuegos y películas de culto añaden un elemento de nostalgia que seguramente resonará con el público.
A nivel técnico, Contra Todos destaca por su dirección dinámica y su cinematografía impresionante. Moritz Mohr utiliza movimientos de cámara fluidos y ágiles para mantener el ritmo frenético de la película, sumergiendo al espectador en un mundo de caos y violencia.
Sin embargo, la película no está exenta de fallos. La falta de desarrollo de los personajes y la trama predecible pueden resultar frustrantes para algunos espectadores. Además, la excesiva violencia y brutalidad de algunas escenas pueden resultar perturbadoras para algunos espectadores más sensibles.
En resumen, Contra Todos (Boy Kills World) es una película que no dejará a nadie indiferente. Con su acción trepidante, su humor negro y su estética única, ofrece una experiencia cinematográfica emocionante y visceral que seguramente resonará con los aficionados del género. Aunque no es perfecta, es un debut prometedor para Moritz Mohr y un escaparate para el talento de Bill Skarsgård como actor de acción.