La luz de la galaxia es imposible de ver con demasiada luz artificial que impide el avistamiento de un bello fenómeno natural como la vía Láctea.

Cuenta la mitología griega que, una diosa llamada Hera, la esposa de Zeuz, amamantaba a su hijo y que al derramar la leche celestial, ésta se dibujó en el cielo dando forma a la luz que conocemos.

Hoy en día, sabemos que es un cúmulo de gas y polvo interestelar acompañado a una increíble cantidad estrellas en la que nuestro sistema solar se encuentra en este grupo llamado galaxia.

Antes de que la luz eléctrica invadiera nuestras ciudades para darle la iluminación debida, parte de esta galaxia se podía ver a simple vista como una nube tenue con luz que daba un espectáculo sin igual; pero hoy en día, pocas personas saben que este fenómeno se puede apreciar.

En países como Estados Unidos, países de la Unión Europea y otros que se han ido en vías de desarrollo, es imposible apreciarla, ya que cuenten con una gran contaminación lumínica, a excepción de Suecia, Escocia y Noruega cuyos cielos están aún visibles.

Es posible que haya generaciones enteras que ni siquiera la han visto y que no se han percatado de su existencia en el cielo.

A nivel mundial, el 83% de la población vive en ciudades iluminadas, mientras que en México sólo el 28% de su territorio está libre de este contaminación como para poder observar el cielo.

No obstante, además de impedir observar la Vía Láctea a simple vista, también ocasionan confusiones a insectos, aves y tortugas que dependen de la orientación de las estrellas.

Así mismo, hay que tomar conciencia sobre esta contaminación en reducir su uso como apagar las luces.

Al mismo tiempo, nuestra generación y las siguientes áreas capaces de apreciar las maravillas del cielo nocturno en un cielo más claro.