En Venezuela, la Asamblea Nacional Constituyente aprobó un decreto para abrir un «juicio histórico» contra los «traidores a la patria»
La Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela convirtió su sesión de hoy en un acto de repudio contra quienes consideró «traidores a la patria», tras aprobar un decreto que también sirvió para abrirles un «juicio histórico» por apoyar las sanciones económicas dictadas el viernes de Estados Unidos.
Entre quienes engrosan dicha categoría destacan los dirigentes de la oposición, pero no faltan disidentes del oficialismo chavista como el exministro del Interior Miguel Rodríguez Torres o la exfiscal general de la República Luisa Ortega Díaz.
Por unanimidad, como lo han venido haciendo hasta ahora, los 545 chavistas que forman la Constituyente acordaron «iniciar conjuntamente con los órganos del Estado competentes un juicio histórico por traición a la patria contra los que estén incursos en la promoción de estas inmorales acciones contra los intereses del pueblo venezolano».
Este «juicio histórico» contra la oposición ya fue solicitado por el presidente Nicolás Maduro tras conocerse las sanciones el pasado viernes, antes de que sus adversarios se pronunciaran sobre la orden del presidente estadounidense Donald Trump.
Además, el decreto condena lo que llama un «bloqueo financiero contra el pueblo» del país petrolero, y declara oficialmente «como traidores a la patria a los actores políticos nacionales de marcado carácter antivenezolano que han promovido la agresión económica y la intervención contra la República Bolivariana de Venezuela».
La decisión fue tomada al término de una sesión de casi tres horas marcada por la virulencia de los discursos, en la que los dirigentes de la alianza de partidos de la oposición Mesa de la Unidad Democrática (MUD) fueron llamados «arrastrados», «lacayos», «ultraderechistas», «apátridas», «delincuentes» o «quintacolumna».
Entre declaraciones de lealtad al Libertador Simón Bolívar, al difunto presidente y «comandante eterno» Hugo Chávez y a la «revolución socialista» que este inició en 1999, los constituyentes recriminaron a los opositores ser «agentes de inteligencia internos» que sirven a un «guión imperial de golpe de Estado continuado».