La administración del bronco, a poco más de cuatro meses empieza a hacer agua, la crisis del penal del Topo Chico, pone en evidencia que la inseguridad arriba de nuevo y se asienta en los horizontes nuevoleoneses.

El baño de sangre en el reclusorio, es un claro mensaje que envía la delincuencia organizada a nuestra sociedad, vienen a sentar sus reales en nuestra tierra, ante un incipiente gobierno, que sigue dando tumbos, no conocen el tema, mandos inexpertos, desde el Procurador hacia abajo, la decisión del Gobierno Central de retirar al Ejército de la responsabilidad de resguardar los penales del estado, culminó en el trágico suceso que pone de nuevo a Nuevo León, en el mapamundi por una tragedia en un reclusorio.

El Gobernador al inicio del cisma optó por la posición del avestruz, se escondió, cuando por la magnitud del problema y afrontó las cámaras, dio tristeza observar el rostro desencajado de aquel belicoso y retador sujeto, convertido en un manso gatito.

La desilusión se ha generalizado, de aquellos valientes ciudadanos que en junio pasado, salieron a buscar el ansiado cambio de Nuevo León, lo que fue un ejemplo nacional de imagen democrática, se ha derrumbado como castillo de arena en la playa, con una facilidad asombrosa y la duda obliga a la pregunta, QUE SIGUE.

La inseguridad nos asecha, está en las calles, robos, asaltos, homicidios estigmatizados, hay un desborde tal de la violencia, y nos hace creer que estamos retrocediendo.

El arma letal del crimen organizado, es el miedo que producen a la sociedad civil, a la clase productiva y trabajadora de nuestro estado y observa con impotencia, que sus nobeles gobernantes, no son pieza para jugar en ese tablero, se los están comiendo, devorando y no hay resultados o les quedo grande el paquete o la advertencia de Topo Chico es el sinónimo de una colusión sin precedente.

El producto de la inseguridad, se traduce en ingobernabilidad, este gobierno va de fracaso en fracaso, no tiene control de nada, sus pleitos internos, rebasan la barrera de la cordura y el talento no aparece por ningún lado, porque simplemente no lo hay.

Los resultados de la conducta bravucona del BRONCO están a la vista, sus desaciertos en la conformación de su gabinete, es cada vez más notorio, a escasos cuatro meses de gobierno, el ciudadano se está dando cuenta, de la terrible equivocación de sentar en el Palacio de Cantera a un troglodita de la política y todavía faltan por recorrer más de cinco largos años y la esperanza de buenos frutos, cada vez se va alejando.

Notorio esta que nuestro estado se está volviendo ingobernable y que de aquí en adelante veremos qué el intento del ciudadano de cambiar, con una novedosa alternancia, fue un fallido intento que nos está trayendo desasosiego e intranquilidad.

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