En el juego de la política en que se encuentra inmiscuido el PAN, la cloaca no tiene fondo, no hay punto cardinal del país, que no se vea salpicado no tan solo de lodo, el estiércol domina el escenario.
Este año no le ha ido nada bien a los azules, de la captura del Chapo, resalta la nota de la diputada sinaloense, que de manera clandestina visitaba al famoso reo, con un nombre distinto, para disfrazarla, evitando ser identificada como curuleca panista y acceder a la conyugal sin mayor problema y de inmediato salta a deslindarse el Ex-Presidente Madero, del encumbramiento de la afortunada sinaloense al altar legislativo de su natal Sinaloa.
Los regiomontanos, ven con rabia y repudio las imágenes de su ex alcaldesa la Márgara Arellanes, comprando souvenirs de los Delfines de Miami, con tal desenfado y despreocupación, como figura del jet set.
Y efectivamente no tiene nada de malo viajar y pasearse, pero con toda la estela de CORRUPCION que trae la exalcaldesa, que dejó temblando las arcas públicas, que hasta sin habla dejó al novel Alcalde Adrián, que esta empresa turística de la güera exalcaldesa, pues no convence a nadie de que posee una virtual honradez. Con una ciudad endeudada hasta las cachas, con el pavimento destrozado por doquier, que compite con las calles vietnamitas durante la aventura norteamericana por esos rumbos en la década de los sesentas y demás escándalos de CORRUPCION que envuelven a la administración de la residente de Palmillas en San Pedro, pues escasean quienes defienden su honra.
Y ahora en nuestro vecino estado de Tamaulipas, pues resulta que el precandidato azul a la silla de Egidio Torre, salen a relucir sus nexos con el CDG, aunque lo niegue, como los apóstoles a Jesús, la lápida de la liga con el crimen organizado está más pesada que la del famoso pípila y desde la tribuna del congreso federal salen a defenderlo, repartiendo culpas con la Policía Federal.
Efectivamente son los tiempos de la guerra sucia, pero apenas va iniciando el año y que como que son muchas casualidades, porque todo ronda al descrédito y la exhibición y lo peor de todo, no tienen por donde defenderlos.
Los blanquiazules traen arrastrando la cobija y ensuciando el apellido de sus fundadores, abandonaron desde hace un buen tiempo las prácticas de la honradez y honestidad como virtud y la encerraron en el arcón de los abuelos y no conformes con ellos se aferran a las alianzas con la representación de la izquierda perredista, donde como eficientes alquimistas hacen posible la mezcla del agua y el aceite, ideológicamente hablando, dejando en el camino una estela de desprestigio y corrupción.