Este fin de semana se estrena “Amor sin Barreras” (West Side Story), nueva adaptación del musical de Broadway de 1957, y de la película del mismo nombre de 1961, la cual gano 10 Oscar, la película es dirigida por Steven Spielberg, llevando como protagonistas a Ansel Elgort y Rachel Zegler.

 

“Amor sin Barreras”, sigue la historia de María (Rachel Zegler) y Tony (Ansel Elgort), quienes están asociadas directamente a los Sharks (de origen puertorriqueño) y los jets (estadounidenses caucásicos), pandillas en conflicto de la ciudad de Nueva York, Tony es el mejor amigo de Riff (Mike Faist), Líder de los Jets mientras que Maria, es hermana de Bernardo (David Álvarez), líder de los Sharks. La historia nos muestra a Maria y Tony una pareja de Romeo y Julieta moderno, adaptada a los barrios de Nueva York de los años 50’s, con peleas entre pandillas, represión policiaca, racismo y mucho canto y baile.

El afamado director nos recrea un Nueva York antiguo, con movimientos de cámara hipnóticos, secuencias y planos que retratan de manera espectacular, nostálgico, con una fotografía donde el encargado Janusz Kamiński nos muestra colores apagados para recrear la época, mientras el canto y baile es realmente vistoso, donde, mientras la pareja protagonista canta melodías melosas para demostrar la pureza de su amor, los enemigos ofrecen melodías musicales más radicales, enérgicos, irónicos. La coreografía en los bailes es magnífica e intensa.

Spielberg logra en este remake colocar su estilo y destreza como director, sin embargo, las actuaciones dejan algo que desear, Rachel Zegler en este su debut cinematográfico, nos ofrece una actuación creíble, mientras que su pareja Ansel Elgort, se muestra un poco perdido sin expresividad, y no hay mucha química entre ellos. Ariana de Bose no desentona en el papel de Anita, personaje que, en 1962, hizo ganar un Oscar a Rita Moreno, quien también aparece en la película en el papel de Valentina, DeBose se roba la pantalla, tiene energía y carisma, Mientras que Mike Faist en su pape de Riff, hace un poco interesante.

En mi opinión se abusa de los actos musicales, los cuales, en su mayoría carecen de emociones, muy bien hechos, con coreografía espectacular, pero que se siente que solo se hace lo que les piden sin generar una emoción al espectador, sin esa chispa y energía.  El filme de 1961 su base era lo ofensivo hacia la cultura latina y en este remake se podría esperar lo mismo, pero, nos hace ver a una comunidad puertorriqueña un poco caricaturesca, donde intentan hablar el mismo acento y no existe justificación del por qué tanta violencia.

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