Qué maravilloso es el fútbol mexicano. Aunque quizás no tenga la mejor calidad del continente o del mundo, su formato de liguillas nos regala partidos fantásticos como el emocionante 4-3 de ayer entre Cruz Azul y América.

Fue un verdadero partidazo que lo tuvo todo: muchos goles, polémica arbitral, garra, entrega y una montaña rusa de emociones. Este encuentro decisivo para el pase a la gran final, enfrentando al mejor Cruz Azul en años contra un América que apenas se coló en el octavo lugar de la tabla general. Al final, prevaleció la realidad histórica de cada institución: los Azules sufrieron otra «Cruzazuleada» mientras que las Águilas, con grandeza, los vencieron a domicilio, asegurando así su tercera final consecutiva y buscando hacer historia con el tricampeonato, algo nunca antes logrado en la era de los torneos cortos.

En la otra semifinal, aquí en el norte, los Rayados del Monterrey demostraron su poder al golear de manera contundente y humillante por 5-1 al Atlético de San Luis. Era difícil imaginar que el equipo regiomontano permitiría una vez más una hazaña como la que dejó fuera a su rival, Tigres, la semana pasada, con un fútbol equilibrado.

Esta vez, la Pandilla dio una lección sobre cómo resolver una serie en casa contra su acérrimo rival de la ciudad. Los Rayados, quintos en la tabla general, cerrarán la gran final del fútbol mexicano en el Estadio BBVA, recibiendo el próximo domingo a las Águilas del América. Antes, tendrán que visitar la cancha del Cuauhtémoc en Puebla para el juego de ida, debido a la remodelación del Estadio Azteca para el próximo Mundial.

Sin duda, nos espera una gran final entre dos equipos poderosos que, esta vez, se posicionaron quinto y octavo en la competencia, dejando fuera a los favoritos primeros cuatro lugares: la poderosa Máquina del Cruz Azul, el Toluca con su gran inversión y los universitarios Tigres y Pumas, quienes tuvieron una mejor temporada y mayor puntuación pero fueron eliminados en rondas anteriores.

La serie entre América y Rayados promete ser muy pareja, con una ligera ventaja quizás para los Rayados, que cerrarán en casa. Ninguno de los dos puede afirmar con certeza que será el próximo campeón del fútbol mexicano. Seguramente tendremos dos grandes partidos con muchos goles, entradas emocionantes hacia la tribuna y, como siempre, la inevitable polémica arbitral