En medio del linchamiento mediático sobre Jonaz, Pato Machete y Genitallica (justificado y al cual nos sumamos, por supuesto que sí), me enteré que Los Claxons le hicieron (vendieron) una canción al candidato Adrián de la Garza… y nadie tuvo mayor problema.

Esto puede obedecer a un par de razones: una, Adrián de la Garza está blindado contra la polémica porque tiene tanto carisma como un poste de concreto; dos, el pop en general (se sabe) es un género musical prostituido per se.

La canción “Todo va a estar bien” de Los Claxons es tan obvia, tan zalamera y tan “optimistamente whitexican”, que pasó completamente desapercibida en la superficial sociedad regiomontana. Ruido blanco, pues.

Vaya, el título es tan genérico que en la búsqueda de Youtube aparecen otras tres canciones llamadas igual.

Y es que la palabra que define a Adrián de la Garza como candidato es esa: genérico. El clásico “político adinerado” que finge empatía hacía una sociedad tan jodida que debería hacerlo llorar al muy cínico.

Adrián no termina de posicionarse como una opción viable, no obstante que compite contra un mirrey populista y clasista, y contra la colaboradora activa de una secta de tráfico sexual. Y eso obedece a la mortífera flojera que provoca.

En una época donde los candidatos pueden ser buenos o malos, pero siempre polémicos; De la Garza sigue flotando en su “burbuja burguesa”, esperando ser el “menos peor” entre una planilla de candidatos horribles.

Recientemente, los jugadores de Tigres, Nicolás ‘Diente’ López, Javier Aquino y Carlos Salcedo, enviaron mensajes de apoyo hacía el priista a través de sus redes sociales. Esto incumple con el reglamento de la Liga MX, pero… ¿Alguien hizo algo? ¿Alguien se enteró? No. Porque su campaña genera tan poco impacto que a nadie le importa un carajo.

Según la columna Latitud, del periodista Eloy Garza, Adrián de la Garza contrató los servicios de la agencia The Innfluencers, que cuenta entre su catálogo a la tik toker Mia Salinas con 7.5 millones de seguidores. Tampoco repercutió más allá de la anécdota.

Adrián de la Garza y su estrecho vínculo con el ex gobernador Rodrigo Medina apestan a corrupción… pero Los Claxons dicen que “todo va a estar bien”, de manera tan quedita, flojerosa y subliminal, que nadie se los puede reclamar… a fin de cuentas es pop, ¿Qué tan peligroso podría ser?

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