Los Mossos d’Esquadra han abatido esta madrugada al menos a cinco terroristas que pretendían atentar en Cambrils (Tarragona) horas después del atropello masivo que la tarde del jueves ha provocado la muerte de 13 personas en Barcelona. Los agentes han disparado inicialmente a los atacantes, que iban a bordo de un vehículo y armados con cinturones explosivos falsos, ha asegurado el consejero de Interior Joaquim Forn. El quinto terrorista ha sido abatido poco después cuando ha sido localizado desde un helicóptero por los policías.

Según las primeras conclusiones de la investigación judicial en marcha, los cinco terroristas viajaban a bordo de un coche por el Paseo Marítimo de Cambrils cuando se han topado con un control de los Mossos d’Esquadra. Antes de llegar al lugar donde estaban los agentes, han empezado a atropellar a peatones que caminaban por la zona y a algunos policías, que han repelido el ataque a tiros. Los disparos han hecho volcar el vehículo, momento en el que los cinco terroristas han salido caminando del coche armados con cuchillos.

Los Mossos d’Esquadra han logrado abatir a cuatro de los terroristas cerca del coche, mientras el quinto ha logrado huir unos 500 metros por el paseo. Antes de ser frenado también por los la policía a tiros, el atacante ha herido a una mujer que se encuentra en estado crítico. Otra mujer ha resultado herida grave a resultas del atropello.

En total, el la operación se ha saldado con seis personas heridas, tres de ellas Mossos. Todos los heridos están ingresados en el hospital Joan XXIII y Santa Tecla de Tarragona. Camí Mendoza, alcaldesa de Cambrils, ha afirmado esta madrugada que el consejero de Interior, Joaquim Forn, detallará este viernes el alcance de la operación y ha confiado en que Cambrils recupere hoy la normalidad. «Quiero agradecer la rapidez de la patrulla de los Mossos, que ha estado en el sitio y el momento oportuno», ha dicho.

DETINEN A SOSPECHOSOS

La policía detuvo a dos personas por el atentado de Barcelona. La primera de ellas fue arrestada en la localidad de Ripoll (Girona). Una patrulla de seguridad ciudadana identificó y detuvo al marroquí Driss Oukabir, explicó el jefe de los Mossos. Oukabir, agregan fuentes policiales, llegó a Barcelona de Marruecos el pasado domingo 13 de agosto. Fue la persona que alquiló, en Santa Perpètua de Mogoda —un municipio próximo a Barcelona— la furgoneta que embistió a decenas de personas. Las mismas fuentes agregan que, en el interior de la furgoneta Fiat, se halló un pasaporte español

El segundo detenido por su vinculación con los atentados fue apresado en Alcanar (Tarragona). Se trata de un hombre nacido en Melilla y cuya identidad no fue confirmada ayer. Está vinculado, presuntamente, con una explosión ocurrida la noche del miércoles en un edificio de esa localidad. Una persona murió y otras siete fueron heridas por una acumulación de gas. El edificio acabó derribado por completo. Trapero reveló ayer que los Mossos “conectan de manera clara” el ataque de Barcelona con el incidente de Alcanar. La policía catalana, de hecho, trabaja con la hipótesis de que los terroristas podrían estar preparando allí un artefacto explosivo.

Los Mossos no hallaron inicialmente ningún vínculo del suceso de Alcanar con el terrorismo, y lo vincularon al tráfico de drogas, aclaró Trapero. En el interior de la casa, que estaba ocupada desde hacía unos meses, se encontraron una veintena de bombonas de gas butano y propano.

Trapero descartó que esté vinculado al ataque un extraño incidente ocurrido ayer también en Barcelona. Un conductor se saltó el dispositivo de control de los Mossos en la avenida Diagonal y arrolló a una sargento, que sufrió una rotura de fémur. Su compañero “repelió la agresión” y disparó sobre el conductor, de nacionalidad española, que falleció. Los Mossos enviaron a los Tedax a inspeccionar el vehículo.

La confusión en la zona generó durante horas el rumor de que un terrorista se había atrincherado en un bar próximo al lugar del suceso. La información fue desmentida de forma oficial por los Mossos. Sí es cierto que, con el objetivo de resguardarse, algunos establecimientos en La Rambla y en sus proximidades bajaron sus persianas con gente en su interior.

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